Una celebración para el s. XXI

Resulta curioso el hecho de que una festividad de fuerte significación religiosa, como la de San Prudencio, haya llegado hasta nuestros días con esta fuerza. A pesar de vivir en una sociedad fuertemente secularizada, su simbología religiosa se ha visto, si no sustituida sí complementada por una visión cultural de esa herencia. Podrían explicarlo dos características de la fiesta que trascienden a un tiempo histórico concreto: La primera es su carácter rural. El formato de romería y el carácter popular. La segunda sería el que San Prudencio fuera conocido, tras la pacificación del Burgo de Osma, como el 'Ángel de la Paz', calificación siempre vigente en el transcurrir de la historia, marcada por guerras y conflictos sangrientos, lamentablemente hasta hoy.

Tradición y contemporaneidad han de imbricarse y el ritual festivo, potente herramienta de cohesión social, ha de conjugar viejas prácticas y posmodernidad. Nuevas ofertas de ocio y viajes económicos para 'el puente de San Prudencio', suponen para muchos celebrar la festividad en Canarias o en Port Aventura. Y no es extraño escuchar la retreta cantada por un coro alavés en Benidorm o en Cambrils. También conozco a quienes estando fuera, por motivos de trabajo o de ocio, no quieren perder esa ligazón con la fiesta y se unen a la cena en la 'sociedad' de forma virtual, a través de plataformas de videoconferencias.

Alguien puede pensar que estas nuevas formas de participación en la liturgia festiva la desvirtúan o la ponen en peligro, yo no lo creo. Si observamos el programa de este año, veremos que ofrece formas tan variadas de participación que puede resultar atractivo para un abanico enorme de intereses. Desde el pregón, a cargo de Isabel Mellén, hasta el 50 aniversario de la Tamborrada (al igual que los 100 años de la Retreta en la Plaza de la Provincia) nadie puede decir que no se va a sentir interpelado por los fastos en honor de nuestro patrón. De forma directa o a través de Instagram o Tik Tok, ese sentimiento alavés se va a manifestar de una u otra forma. Es nuestra fiesta.