Torra y Ayuso
Quim Torra no es un político profesional, es un activista con escaso interés en pacificar la convivencia en Cataluña. Su política de confrontación con el ... Estado español dejó hace tiempo de ser apoyada por la mayoría del Parlamento catalán. Incluida ERC, que firmaría la convocatoria de elecciones mañana mismo si pudiera. A pesar de ello, era el president legítimo de Cataluña y cuesta explicar cómo en un sistema democrático un árbitro electoral, que no es un poder del Estado, puede tener la capacidad de promover la inhabilitación de un representante elegido por la mayoría de los ciudadanos por desobediencia a sus instrucciones sobre cosas menores y hasta ridículas.
Desobedecer al árbitro reiteradamente poniendo y quitando carteles, símbolos y pancartas en la Generalitat durante los días previos a las elecciones generales de 2019 fue un comportamiento infantil que buscaba precisamente este castigo desproporcionado para seguir alimentando su estrategia de confrontación con el Estado. Una estrategia al servicio del proyecto político con el que concurrirá Puigdemont a las próximas elecciones y que necesita estas respuestas desproporcionadas del Estado español para mantener vivo el cada vez más menguante apoyo popular a la ruptura.
De Isabel Ayuso se puede decir que es una política profesional. La mayoría de sus ocupaciones previas a su llegada a la Presidencia han estado relacionadas con su pertenencia al PP. Incluida la gestión de las redes sociales de la expresidenta Esperanza Aguirre y de su perra 'Pecas'.
Su política de confrontación con el Gobierno español durante la pandemia se está convirtiendo en una peligrosa estrategia política que está poniendo en peligro la salud de los madrileños. Durante estos días, no ha dudado en mantener su desobediencia a las indicaciones del Ministerio de Sanidad para poner en marcha las medidas necesarias para desactivar la bomba vírica en que se ha convertido la comunidad madrileña. Se ha especulado mucho en las últimas horas sobre la conveniencia de intervenir la Comunidad de Madrid por la reiterada negativa de Ayuso a atender a razones médicas y científicas. Hay instrumentos legales, que no son el inviable e indeseable 155, para ello.
Pero es conveniente hacer toda la política posible para que la intervención no se produzca. Los líderes populistas acechan, la guerra institucional alimenta la maldita polarización y la ciudadanía, tanto en Madrid como en Cataluña, quiere y necesita que las decisiones políticas estén relacionadas con la búsqueda compartida de soluciones a sus problemas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión