Sánchez maniobra con Von der Leyen para salvar a Ribera pero Feijóo se enroca

Igual que hizo antes con la amnistía y con los casos de corrupción que rodean al Gobierno, Génova ha encontrado en la actual vicepresidenta tercera y titular de Transición Ecológica un nuevo asidero en su estrategia por «internacionalizar el desgaste» de Sánchez. Volcada desde hace semanas en su carrera por ocupar la 'supercartera' de Competencia y Transición Verde en la UE, los populares le acusan de haberse ausentado de la gestión de la catástrofe natural y de paso tratan de quitar presión así a Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana, señalado por su tardanza en emitir las alertas y por sus cambiantes versiones sobre los hechos.

Que el PP no va a levantar el pie del acelerador lo dejó meridianamente claro ayer Feijóo, quien se mostró taxativo ante la junta directiva nacional de su partido: «Hemos defendido, y seguiremos haciéndolo hasta el final, que quien ha demostrado ser una mala ministra, no solo ahora pero especialmente en estos momentos de emergencia nacional, no merece ser premiada ni promocionada en ningún sitio. Y menos ser nombrada vicepresidenta de todos los europeos». Por si hubiera alguna duda, el líder de la oposición prometió que Ribera no será elegida para ese cargo «con los votos de los eurodiputados del PP».

El órdago llega al punto de que los populares españoles (22 escaños sobre 750) no descartan votar en contra de todo el Colegio de Comisarios de la UE; es decir, de los 27 candidatos -uno por cada Estado miembro a propuesta de su respectivo Gobierno nacional- que aspiran a componer el Ejecutivo comunitario para los próximos cinco años. Se trataría de un paso delicado con el que el PP se enfrentaría a sus compañeros de grupo en Bruselas y Estrasburgo. Por lo pronto, los de Feijóo ya han pedido que la evaluación de Ribera -un filtro necesario antes de la designación definitiva- se decida en una votación secreta.

Ante la posibilidad de que la ministra de Sánchez sea vetada, los socialistas empiezan a activar alternativas que parecían impensables hasta hace bien poco. El PSOE (20 eurodiputados), con el aval del Gobierno, sopesa recular en su negativa a apoyar al candidato de Meloni, Raffaele Fitto, que aspira a ser vicepresidenta de Cohesión y Reformas. Este cambio supondría enmendar el posicionamiento de los socialdemócratas europeos, encabezados por la española Iratxe García, contrarios a respaldar a aspirantes de la extrema derecha.

Los movimientos para evitar a toda costa el veto a Ribera están encabezados por Sánchez, quien no está dispuesto a sufrir una dura derrota con impacto internacional que daría alas a Feijóo. El presidente del Gobierno, de hecho, está aprovechando su asistencia a la cumbre del G-20 en Río de Janeiro (Brasil) para departir directamente con Von der Leyen y tratar de desbloquear así el nombramiento. Todo está en el aire y los plazos empiezan a apremiar. La votación de los comisarios está prevista para el próximo 27 de noviembre, de tal manera que la nueva Comisión entre en funcionamiento el 1 de diciembre. y todo en un momento clave con Donald Trump a las puertas de la Casa Blanca.