La jura del hidroalcohol
Bingen Zupiria fue el único consejero nacionalista que utilizó el castellano en una toma de posesión cuya excesiva duración rompió el protocolo
Dicen los prospectos que acompañan a los botes de gel hidroalcohólico que un abuso de su uso puede generar dermatitis en la piel. Es de ... suponer que alguien habrá analizado si el líquido también puede dañar otro tipo de superficies, porque una valiosa primera edición del Estatuto de Gernika ha sido reiteradamente rociada esta mañana: Cada vez que los once consejeros del nuevo Gobierno vasco han tomado posesión de su cargo posando la mano sobre el ejemplar. A decir verdad, algunos no han llegado a rozar el Estatuto -por ejemplo la consejera de Salud, Gotzone Sagardui-, pero ha dado igual. Ha habido desinfectante a litros.
Como todas las anteriores, la jura del hidroalcohol estaba organizada al milímetro, pero las medidas de seguridad sanitaria y los largos discursos de algunos consejeros han roto el protocolo y han alargado el acto más de dos horas. El primer Consejo de Gobierno del tercer mandato de Urkullu debía empezar a mediodía y no lo pudo hacer hasta 30 minutos más tarde.
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Y eso que una de las primeras premisas del nuevo Ejecutivo es la de no perder el tiempo para ponerse manos a la obra en la lucha contra la crisis socioeconómica generada por la pandemia. «Vienen años duros» ha sido una de las frases que más han repetido los consejeros al tomar la palabra tras ser nombrados. Todos han garantizado trabajo, y algunos se lo han pedido a toda la sociedad. «Que nadie se escaquee», ha reclamado Pedro Azpiazu. La pasada legislatura ocupó la cartera de 'Hacienda y Economía' y ahora pasa a denomirarse 'Economía y Hacienda' para «dejar clara la prioridad» los años que vienen. «No es un cambio menor», defendía Azpiazu.
Lo que no ha cambiado respecto a 2016 es la preferencia de los consejeros del Gabinete Urkullu por utilizar el euskera a la hora de tomar posesión del cargo. Bingen Zupiria, responsable de política lingüística y nuevo portavoz del Ejecutivo, ha vuelto a ser el único alto cargo nacionalista que ha utilizado una fórmula bilingüe. Lo mismo han hecho los socialistas Iñaki Arriola y Javier Hurtado. «Prometo cumplir fiel y lealmente de acuerdo con la ley», repitieron todos en un Ejecutivo en el que cambian las tornas: vuelve a haber más hombres (6 sin contar al lehendakari) que mujeres (5).
El plasma en el jardín
Junto a los nuevos consejeros han estado los salientes, a los que Urkullu se ha referido en su alocución por su nombre de pila. «Cristina (Uriarte), Nekane (Murga), Sonia (Pérez)... ha sido un honor». También ha aprovechado el lehendakari para pedir «ejemplaridad» a su equipo y aclarar que la creación de dos vicelehendakaritzas no aumentará la estructura del Gobierno. La reestructuración del Ejecutivo, especialmente el futuro de Jonan Fernández y que Erkoreka siga al frente de las negociaciones sobre las competencias con el Estado pese a que ya no es consejero del ramo, ha sido el tema de conversación principal en los corrillos que se han organizado alrededor de Ajuria Enea.
Porque la pandemia, además de dejar la casa del lehendakari con olor a hidroalcohol, también ha impedido que accedieran al palacio colaboradores del Gobierno y periodistas. Todos han tenido que seguir las juras a través de un plasma ubicado en los jardines de Ajuria Enea, una zona hasta ahora vetada a visitantes.
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