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Iñigo Urkullu, flanqueado por los consejeros Josu Erkoreka y Arantxa Tapia, durante la rueda de prensa del pasado día 10. igor aizpuru.

La gran prueba de fuego de Urkullu

La crisis de Zaldibar ha dejado «tocado» al lehendakari, cuya personalidad política ha quedado patente en la tragedia

Domingo, 23 de febrero 2020, 01:06

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El viernes 7 de febrero había pleno en el Parlamento vasco. Apenas unas horas antes, medio millón de metros cúbicos de residuos contaminados con amianto ... de la escombrera de Verter Recycling en Zaldibar se habían desplomado sobre la autopista A-8. Dos trabajadores del vertedero, Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, quedan sepultados bajo la montaña de basura. Una nube de periodistas espera al lehendakari a la entrada de la Cámara vasca, pero no para preguntarle por la tragedia sino por el adelanto electoral, un runrún que él mismo ha alimentado desde la semana anterior para que nadie pueda acusarle de oportunismo o de ligereza política. Días más tarde, ya en el ojo del huracán, recordaría que ningún grupo de la oposición se le acercó ese día para interesarse por las labores de rescate. Como dejando caer que no solo a él le sorprendió la avalancha con el pie cambiado. «Un poco de respeto», espeta ese viernes a los informadores, ya en tensión.

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