El PNV, dispuesto a valerse de su pacto con el PSE para arrebatar alcaldías a Bildu
Los dos socios solo darán un paso al frente si hay garantías de estabilidad, lo que hace dudar a los socialistas de disputar Pasaia y Andoain
Cerrado en la tarde de ayer el pacto global entre PNV y PSE para dirigir las principales instituciones vascas en términos idénticos al preacuerdo suscrito ... entre ambas formaciones, falta bajar al terreno y dirimir la letra pequeña del contrato. El marco general está claro: los socios se facilitarán mutuamente la alcaldía allí donde uno de los dos haya sido la lista más votada y, en el caso de los consistorios donde otra sigla se haya llevado el gato el agua, la decisión final -y la responsabilidad de buscar aliados, si fueran necesarios- queda en manos del que haya obtenido más respaldo de los dos. Y ahí es donde llegan las dudas: ¿Se lanzarán PNV y PSE a la piscina en todos los municipios donde, solos o en compañía de otros, estén en condiciones de arrebatar la makila a Bildu o al PP?
La respuesta definitiva no llegará hasta el sábado, pero las cartas ya han empezado a destaparse. Las tres ejecutivas territoriales del PNV se reunieron ayer para analizar caso por caso los municipios donde las espadas están en alto. Los jeltzales están dispuestos a dar el paso al frente en tres municipios guipuzcoanos donde el acuerdo con los socialistas sirve por sí solo de palanca para remover a EH Bildu del sillón -Mendaro, Lezo y Soraluze- y en otros dos vizcaínos donde sumar fuerzas tendría idéntico efecto: Zaldibar y Alonsotegi, donde los jeltzales sufrieron una pérdida significativa de apoyos el 28-A por los casos de presunta corrupción que han salpicado a los anteriores alcaldes peneuvistas. En Álava hay un solo caso, la pequeña localidad de Zigoitia, donde la suma PNV-PSE es suficiente para despojar a EH Bildu de la makila y todo apunta a que no será difícil cerrar un acuerdo y se seguirá el mismo camino que en las cinco anteriores. En total, seis consistorios que podrían quedar en manos del PNV en detrimento de EH Bildu, lo que confirma la disposición de los jeltzales, en puertas de la batalla de las autonómicas, a acotar allí donde pueda el poder de la izquierda abertzale. El enfrentamiento es a cara de perro y total.
Cuestión diferente es el de los municipios donde la mayoría absoluta necesaria para desbancar al vencedor depende de un tercer partido, generalmente agrupaciones de independientes y vecinos cuya posición es más imprevisible. En estos supuestos la responsabilidad de buscar su respaldo es de la fuerza más votada entre los dos, el PNV en los dos casos que están en el alero en Bizkaia, Galdakao y Arrigorriaga. En el primero las opciones pasarían por un entendimiento con Usansolo Herria -es más complicado acordar con la plataforma que exige la llegada del metro- y en el segundo por otra agrupación local. Los jeltzales dan por perdidas ya Elorrio y Durango, donde la alianza de EH Bildu y Podemos tiene la mano ganadora. En Gipuzkoa, el escenario que se abre en Orio también está en manos de grupos independientes, aunque en este caso el acuerdo será más complicado.
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El PSE calibra también los apoyos reales con los que cuenta para intentar el 'asalto' a alcaldías con peso demográfico y simbólico como las de Pasaia y Andoain, donde EH Bildu ganó las elecciones. No obstante, los socialistas tienen una consigna clara: solo darán el paso para descabalgar al candidato abertzale si tienen garantías de que el PNV entrará en el gobierno o le garantizará la gobernabilidad y la estabilidad con apoyo externo y continuo. Esa máxima mantiene un velo de duda sobre las dos alcaldías guipuzcoanas que los socialistas vascos podrían lograr con el apoyo del PNV. En las dos localidades la suma de ambos sería suficiente pero las relaciones no son especialmente fluidas, sobre todo después de que el PNV incumpliera el acuerdo en Andoain hace cuatro años y le sirviera en bandeja la alcaldía a EH Bildu.
En Álava, el PP sería el principal damnificado de acuerdos de última hora para desbancar a la lista más votada. Los populares podrían perder Laguardia y Labastida a manos del PNV si éste, que se plantea presentar su candidatura, pacta con EH Bildu. Esta operación complicaría el posible voto afirmativo de los de Alfonso Alonso a los Presupuestos de Urkullu, así como su apoyo a los jeltzales en La Puebla de Arganzón -municipio burgalés enclavado en Treviño- y en Kuartango, donde el PP será decisivo para dar al PNV ambas alcaldías. Fuentes jeltzales aseguran que la «pelota está en el tejado de Bildu y PP» y consideran una «irresponsabilidad» vincular el ámbito municipal a las Cuentas.
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