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Viernes, 14 de marzo 2025
PNV y el PSE están comprobando cómo el pacto alcanzado con Podemos para salvar la reforma fiscal está generando un entusiasmo más bien limitado más ... allá de los tres firmantes de un documento que, en líneas generales, beneficia a las rentas más bajas y penaliza a las grandes empresas. Las críticas llegan, además, desde casi todos los frentes: político, económico, sindical... Y ayer se visualizaron de forma clara con dos duras andanadas lanzadas por Confebask y el PP vasco, que se unieron a las vertidas el jueves por EH Bildu.
La postura de los empresarios, además, demuestra la complicada situación en la que se encuentra en estos momentos su relación con el PNV. El último episodio de este distanciamiento se vivió hace unas semanas, cuando el todavía responsable de Relaciones Institucionales del EBB aseguraba, a cuenta de las negociaciones sobre el SMI, que Euskadi «se siente huérfano de un núcleo dirigente dialogante y responsable que mire más allá de sus ganancias de clase». Un clima cargado que el pacto con Podemos no ha ayudado a aligerar. Más bien al contrario.
Porque, en realidad, el acuerdo con la formación morada ha dejado entre los empresarios una sensación de «desánimo total». En un tono muy duro y sin ocultar su malestar, la presidenta de Confebask, Tamara Yagüe, recalcó ayer que la patronal ha recibido las nuevas medidas como «un castigo». «A partir de ahora, claramente, la fiscalidad que se aplica en el Estado es mejor que la de Euskadi», apuntó la líder de los empresarios vascos en una entrevista a una radio pública vasca.
En un primer momento, el mensaje lanzado en privado por las haciendas de Bizkaia, Álava y Gipuzkoa trataba de transmitir la idea de que la letra pequeña del texto que llegará a las Juntas Generales no será lesivo para las empresas. Pero, al final, ese relato se ha visto superado por los acontecimientos.
Yagüe, que este viernes se reunió con el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, y que el lunes tiene previsto hacerlo con una delegación de EH Bildu encabezada por Pello Otxandiano, no solo se mostró decepcionada porque las instituciones tan solo aceptaran una de las quince propuestas elaboradas por Confebask para esa reforma fiscal. La presidenta de la patronal lamentó que, además, lo que se han encontrado es con «un aumento del tipo mínimo del 17% al 19%, que ya era más elevado en Euskadi que en el Estado y un carácter progresivo en el gravamen de Sociedades para unos beneficios que se denominan extraordinarios y que habrá que ver que son». «No lo entendemos», aseguró.
La presidenta de Confebask no abandonó en ningún momento la dureza. «Nos habían dicho que necesitamos empresas más grandes, que hay que propiciar las fusiones. Ahora, con lo que nos encontramos, es que cuanto más grande eres te cargan con más impuestos. La vaca no da más leche», alerto Yagüe, quien añadió: «Hay que reflexionar sobre si éste es el mejor camino para mantener el bienestar social».
«Consorte de izquierdas»
Pero a los reproches desde el ámbito económico se sumaron los que llegan desde la política, sobre todo de los partidos que se quedaron fuera del acuerdo. Si el jueves fue EH Bildu el que puso en duda el alcance del pacto firmado por PNV, PSE y Podemos, ayer fue el PP el que marcó distancias.
Además, los populares vascos han encontrado en el acuerdo alcanzado sobre el marco tributario el espacio idóneo para aparecer como el único partido que no está ubicado en la izquierda. El objetivo declarado es atraer a un votante no nacionalista, pero que en las últimas elecciones se habría refugiado en el PNV por sus propuestas económicas. De ahí que los populares quieran romper con esa dinámica y se esfuercen en dibujar a los de Andoni Ortuzar como un «consorte de izquierdas» que «sube los impuestos a un millón de vascos», señaló ayer Javier de Andrés.
El presidente de los populares vascos, que compareció en San Sebastián con la máxima responsable del partido en Gipuzkoa, Muriel Larrea, pidió directamente a «todos los partidos históricos de la izquierda que admitan ya de una vez al PNV, que le asuman como uno de los suyos porque se está portando muy bien con ellos». De Andrés no ahorró en críticas. «Suben los impuestos a los que lo pagan todo. Estamos oyendo que esta propuesta beneficia a un millón de vascos, pero es al millón que no paga impuestos. Pero al que lo hace, claro que le afecta», remarcó.
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