Bakio, aires marinos y marcha a orillas del Cantábrico
El itinerario alterna caminata y gimnasia con máquinas al aire libre recién instaladas en el parque Bakea
Hoy nos vamos hasta el mar, por aquello de ir curtiendo la piel para el verano que llega, de dejarla preparada que, en esta época, con tanto salir, acaba morena, sí, pero también reseca. Eso, que nos vamos a la costa, a Bakio, y empezamos nuestra ruta muy cerca de la playa. El recorrido es llano, despejado y muy sencillo, nada de cuestas ni lengua fuera, dificultad baja y ruta circular. Atraviesa el casco de la localidad asomada al Cantábrico y su paseo marítimo, no tendría mucho sentido estar tan cerca del agua y pasarla por alto.
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Ofrecemos casi 5 kilómetros de marcha, aproximadamente hora y diez minutos, para que luego dé tiempo a tomar algo si hace sol, sentados en una terraza frente a esas olas que van y vienen, igual que tú irás y vendrás. El itinerario pretende rodear la parte más antigua de Bakio, por eso arranca en el ayuntamiento, en Agirre Lehendakaria Plaza. Debes superar el río Estepona usando el puente de Santa Katalina y, una vez al otro lado, emplear el bidegorri en dirección al parque Bakea. Por cierto, allí, junto a la pista de skatepark, se instalaron, no hace mucho, máquinas con las que hacer gimnasia, pensadas tanto para personas mayores como jóvenes. Así, además del paseo, puedes sumar un poco de movimiento no solo para tus piernas sino también para brazos y otras zonas del cuerpo, de todas hay que acordarse con el objetivo de que no se oxiden, especialmente cuando la brisa del mar se siente.
Planes urbanos
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Disancia 4,8 km
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Lo más destacado El paseo marítimo
Continúa sin pérdida junto al río hasta la punta del espigón. Ve relajado, disfruta observando los detalles de los edificios, las vistas urbanas, no solo las naturales. Toca ya enfrentarse, ¡qué lujazo!, al paseo marítimo, y aquí cuentas con dos opciones: hacerlo sobre cemento o bajar a la playa y pisar sobre arena. Quienes entienden de esto aseguran que es muy bueno descalzarse y caminar encima, que ayuda a los pies, la circulación y la piel.
La idea es regresar por la avenida San Pelaio para después enfrentarse a Goienkale hacia el sur. Luego, cruzar el río frente al frontón de Basigo hasta regresar al punto de inicio. Y tomarte, ahora sí, el pintxo y la cervecita o el vino en la terraza que apetezca.
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