Riesgo de ruptura
País Vasco ·
Ortuzar se hace a un lado y Aitor Esteban será el nuevo presidente del PNVVeinte días después de soltar por sorpresa donde Susanna Griso que presidir el PNV sería para él un gran honor, Aitor Esteban tiene vía libre ... para hacerlo. Andoni Ortuzar anunció ayer en una carta inesperada que abandona la contienda interna. Sucedió veinte días después de que Ortuzar anunciase en otra carta que contendía porque la militancia se lo pedía. Lo de la militancia en el PNV tampoco es fácil de entender. Apenas van a votar a los batzokis, pero a los líderes les dan según parece órdenes perfectamente nítidas y contradictorias. Ortuzar en concreto recibió la de continuar como presidente del partido. Y ayer renunció a hacerlo dejando claro que los militantes le han votado a él tanto como a todos los demás juntos. De ese modo, el actual presidente del Euzkadi buru batzar se hace a un lado porque entiende que el riesgo de ruptura es alto y el PNV, que tanto presume de singularidad democrática interna, parece descubrir como partido innovador que es el triunfo de la minoría significativa y ambiciosa lo que garantiza la estabilidad.
El adiós de Ortuzar tiene algo de volantazo a dos metros del abismo y hace pensar en la inestabilidad del tiempo político. El PNV era hace prácticamente diez minutos el epítome de la previsibilidad y la eficacia: el partido que acumulaba todas las formas del poder, tenía al país en la palma de la mano y concurría a las elecciones como una maquinaria infalible. Asombra la velocidad a la que nos hemos acostumbrado a verlo como un partido que acusa el óxido acomodaticio de la hegemonía y se somete a un proceso de renovación extenso y titubeante que no presenta el más mínimo debate ideológico y desemboca, de un modo incontrolado y traumático, en lo que aparenta ser una guerra de familias. Por más que ahora se multipliquen las llamadas a la unidad y los lemas ancestrales -ayer comenzaron a sonar esos tambores cómicos- cuesta imaginar que el nuevo orden no implique una dolorosa reacomodación de los, llamémoslo así, intrincados ramales de influencia que tanto significan en la sociedad vasca. La paradoja política del país se completa con una escena en segundo plano: Bildu y el PSE aprobando la continuidad de sus liderazgos de un modo plácido y silencioso, angelical, reconfortante. Como una siesta.
Verdeliss
Infarto en la Atlántida
La justificación de un exhibicionismo anómalo por motivos supuestamente altruistas es una de las características de nuestra época. Saben a lo que me refiero: ese individuo de temperamento competitivo que anuncia que va a subir en bici el Everest, pero no una vez, sino dos o tres y avanzando marcha atrás, y no porque tenga un evidente problema de adicciones relacionado con la adrenalina y la atención ajena, sino porque quiere ayudar a un niño enfermo. «Es por una buena causa», repite entonces el atleta, intentando, tantas veces con éxito, el cambiazo antológico que transforma la presunción en altruismo. Ahora una 'influencer' famosa por ser madre de ocho niños ha completado siete maratones en siete días y en siete continentes. Yo pensé lo mismo: ¿pero cuántos continentes se pueden tener? Lo siguiente que piensas es que un padre normalito debería evitar por todos los medios que le estalle el corazón, pongamos por caso en la Antártida, o en la Atlántida, el octavo continente, al menos hasta que sus hijos estén ya criados y puedan entender que 'hazaña' y 'gesta' son palabras que hoy en día no significan mucho. Mientras el significado intacto lo sigue teniendo el comienzo del 'Eclesiastés': vanidad de vanidades, etc.
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