Los desafíos de Euskadi
Editorial ·
La pérdida de peso relativo de nuestra comunidad empuja a emprender transformaciones de las que depende el bienestar futuroEL CORREO
Domingo, 10 de abril 2022, 02:16
Euskadi cuenta desde hace décadas con características propias de una sociedad avanzada, que forman ya parte de su idiosincrasia y le han permitido una comparación ... ventajosa en múltiples aspectos con el entorno más próximo. Entre ellas figuran unos altos estándares de calidad de vida y bienestar, una industria competitiva y con un alto nivel de internacionalización, unas modernas infraestructuras de comunicaciones -salvo las ferroviarias, a la espera del tren de alta velocidad- y una potente red de protección social que, aunque susceptible de mejora, ha reducido los índices de exclusión. Detrás de esta realidad están la gestión de las instituciones, un Concierto Económico que garantiza una financiación suficiente de las amplias competencias del autogobierno y un sostenido esfuerzo colectivo. Todo ello ha contribuido a un progreso incuestionable.
Tan incuestionable como que no cabe dormirse en los laureles ni caer en la autocomplacencia acrítica que suele acompañar los discursos oficiales. Así lo demuestra la creciente existencia de indicios que apuntan una preocupante pérdida de peso relativo de la economía vasca en el conjunto de España en los últimos años y que, además, se encuentra muy lejos de las regiones europeas punteras en ámbitos muy relevantes. Euskadi no ocupa posiciones de liderazgo y precisa «reaccionar» para afrontar el futuro con garantías, advierte un informe difundido esta semana por el foro Zedarriak, que agrupa a destacadas figuras de la empresa y a profesionales. El documento ofrece un diagnóstico que invita a reflexionar sobre los principales desafíos de nuestra comunidad que, aunque identificados, están lejos de verse cumplidos: desde recuperar atractivo en la captación de inversiones hasta aumentar el tamaño de sus compañías y reforzar su arraigo, pasando por la digitalización de la industria, la transición energética, impulsar la cultura del emprendimiento frente a la creciente 'funcionarización' y un problema demográfico de primer orden que incomprensiblemente no figura en el debate político y social.
Se trata de retos estructurales de país que requieren decisiones valientes y la colaboración de todos para abordarlos con éxito en una coyuntura de extrema incertidumbre y grandes transformaciones globales. Acertar en ellos resulta obligado para construir una Euskadi competitiva y para brindar un futuro de bienestar a las generaciones venideras.
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