Progenie
Hay que luchar contra la estupidez y la locura ambiental del momento
Esto está siendo un infierno para los políticos. También para todos nosotros, desde luego. Pero en estos momentos los líderes políticos lo tienen más duro ... porque son conscientes de que tienen que dejarse de tonterías, venirse arriba, tomar decisiones y ser ejemplares, y la mayoría no sabe cómo hacerlo. Literalmente: no saben. No estaban preparados para esto. Algunos no pueden más, se les ve en la cara. Otros tratan, más o menos astutamente, de trasmitir una apariencia de calma que tampoco convence. Pero todos ellos están confusos y asustados. Y cansados. Y algunos, desquiciados hasta la nausea (no voy a citar nombres, ya se ponen bastante en ridículo ellos solos). Pero empieza a resultar demasiado evidente. Y no ayuda, porque pierden el poco prestigio y el escaso crédito que les quedaba.
La pandemia como catástrofe espectacular, como fenómeno inesperado, brutal y prolongado en el tiempo, se comporta a nivel informativo igual que un enorme agujero negro que lo absorbe y lo desordena todo, y en torno al cual las noticias, las cifras, los testimonios personales, las instrucciones y las falsas instrucciones giran enloquecidas cada vez a mayor velocidad. Y eso, sin duda, está afectando ya a nuestras mentes. Para empezar, a la manera en que vemos y juzgamos a los otros. Pero también a la forma en que nos vemos a nosotros mismos, reconocemos nuestra debilidad y miramos con desconfianza hacia el futuro. ¿Nos estamos volviendo locos? Pues yo creo que un poco sí. Cada cual a su estilo, claro. Siempre hay que esforzarse, siempre hay que luchar contra la estupidez y contra la locura ambiental del momento (y en algunas ocasiones, como ahora, más). Pero también confío mucho en la capacidad de resistencia y aguante de la especia humana. Y confío porque la hemos demostrado con creces en infinidad de ocasiones a lo largo de la Historia reciente y remota. Hagan memoria.
El mundo nunca está bien, siempre tiene algo. El mundo siempre se está yendo al diablo, por una cosa o por otra. Se acabará la pandemia (porque se acabará, eso te lo aseguro) y vendrá otra cosa. Otra mierda cósmica, lo que sea: otro monstruo devastador. Esto nunca para. Lo preocupante es que los políticos cada vez pueden menos. Cada vez tienen peor imagen. Cada vez hacen y dicen más estupideces. No todos, de acuerdo. Yo quiero creer en la política y en la capacidad y ejemplaridad de los líderes democráticos, lo necesito. Pero veo que los políticos de ahora (sobre todo los pertenecientes a partidos conservadores y defensores de privilegios), parecen derivar todos de la tóxica progenie de Berlusconi. Y me aterra.
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