El avión de Von der Leyen
El avión de Von der Leyen iba navegando por el cielo del verano cuando de pronto se quedó ciego. ¡Sin GPS! Esto mismo pasa cada ... día -según cuentan- en la región del Báltico. Unas 46.000 interferencias similares han contado, y no se ha armado tanto revuelo. El avión de Von der Leyen navega por un cielo especial al que solo tienen acceso unos pocos. Es un cielo donde los aviones no se quedan ciegos así como así, pero cómo estarán las cosas que los pilotos tuvieron que localizar su posición y, finalmente, aterrizar, utilizando mapas de papel.
Imagínense que a estos pilotos les hubieran dicho que aprender a estudiar mapas de papel es una pérdida de tiempo, porque de eso ya se ocupa el GPS. Estas cosas las dicen siempre unos gurús tecnológicos que animan a dejar multitud de conocimientos técnicos y no técnicos en las invisibles, inasibles manos de la inteligencia artificial. ¿Aprender a programar? ¿Para qué? Eso lo hará la IA. Si la IA desapareciera por una catástrofe técnica, o sea, una catástrofe de la técnica, se perderían con ella todos los conocimientos que habrían quedado solo a su alcance. Pero no, supongo que habrá una élite de superdotados que formarán la casta sacerdotal poseedora de los saberes negados al común de los mortales, y esa casta se relacionará con la inteligencia artificial de un modo muy diferente al que será posible para el común de los mortales.
Hasta aquí hemos llegado en el avión de Von der Leyen, cuando ella realmente volaba sobre Bulgaria en el momento de la famosa interferencia. Bastante lejos del Báltico, pero demasiado cerca de Rusia según indican los acontecimientos (Bulgaria no tiene frontera con Rusia, pero la influencia de este país se hace notar en todas las orillas del mar Negro y más allá). Unos días antes, Rusia había bombardeado la delegación de la Unión Europea en Kiev, el British Council y de paso un banco, un centro comercial y un buen número de viviendas. De nuevo ha declarado Vladimir Putin (lo ha dicho más veces, lo dijo ayer en Pekín) que la idea de que Rusia vaya a atacar a la Unión Europea es «una completa sandez».
Si eso es cierto (según él los europeos son «especialistas en películas de terror»), no obsta para que haga sentir el aliento ruso en la nuca europea. Esperemos que Pedro Sánchez no tenga necesidad de dirigir su Falcon a los cielos del este, no le vaya a pasar como a la Von der Leyen. Estaría bien que Pedro dejara aparcado su avión para dar ejemplo, por lo de la emergencia climática… Pero supongo que a veces puede ser imprescindible… Y, sobre todo, ¿quien que no fuera el difunto y extraordinario Pepe Mujica renunciaría a volar por este cielo especial por el que vuelan los mandatarios del mundo? Debe de dar un subidón...
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