La vuelta de las fiestas de San Juan del Monte 'desborda' la hostelería mirandesa

Con evitar aglomeraciones en lugares cerrados, la Cofradía no instalará carpas en la zona de Anduva. A eso se suma que el Ayuntamiento tampoco cederá el pabellón del Ebro, porque recientemente ha realizado una fuerte inversión para cambiar el suelo del recinto y a partir de ahora se restringirá su uso únicamente a eventos deportivos. Eso ha dejado en la calle a cientos de sanjuaneros, que han tenido que salir a buscar contrarreloj una alternativa para las comidas del fin de semana.

El teléfono de los restaurantes de la ciudad no ha dejado de sonar a lo largo de las últimas semanas. Todos están llenos, hasta el punto de que algunos doblarán turno al mediodía. También los bares más grandes han decidido colocar mesas para acoger a cuadrillas, aunque no tienen servicio de cocina habitual y por lo tanto deberán contratar un catering. Es el caso de La Madre, que incluso llegó a pedir cortar al tráfico la calle para dar de comer a más cuadrillas, una solicitud que han repetido otros establecimientos y que ha sido denegada por la administración local por los problemas que acarrea.

Finalmente La Madre solo podrá acoger a una peña y para ello tendrá que hacer un esfuerzo con la logística. «Necesitamos montar y desmontar mesas rápidamente y contratar más personal, pero todos los hosteleros estamos deseando trabajar después de dos años muy duros y también queremos echar una mano a las cuadrillas, que este San Juan están un poco más desesperadas», apunta Daniel Nunes.

Los salones del Duque de Frías todos los años están a rebosar pero «esta vez teníamos peticiones como para dar comidas durante tres días sin parar. Lamentablemente a muchos clientes les hemos tenido que decir que no», afirma su propietario, Santiago González. Aún así el restaurante ofrecerá cerca de 1.500 menús durante las fiestas, cifra similar a la que servirá La Corrala.

Como solución al cierre del pabellón del Ebro, el Ayuntamiento habilitará los patios de algunos colegios, aunque con eso no alcanza para alojar a todas las cuadrillas. Otras directamente no se pueden permitir esta opción por su precio, ya que «alquilar carpa y sillas representa un gasto aproximado de 9 euros por persona, a lo que hay que añadir el precio de la comida», explica Pepe Rey, presidente de la asociación de hosteleros, quien asume que este año todo el mundo ha tenido que improvisar sobre la marcha, pero que tiene claro que para futuras ediciones es necesario buscar otro emplazamiento que sustituya al pabellón del Ebro.

Y es que ante la imposibilidad de encontrar un lugar en la ciudad, muchos sanjuaneros se han visto obligados a 'exiliarse' durante unas horas a localidades cercanas. Briñas o Labastida verán el domingo desfilar blusas por sus calles, igual que las casetas del monte recibirán doble visita este San Juan porque hay quienes han decidido contratar un autobús y subir también el domingo a comer. «Es una pena que el dinero se vaya fuera de nuestra ciudad porque estas fechas son una inyección económica muy importante para la hostelería local. Al final no es solo la comida, sino la ronda de antes y después y el ambientillo que se pierde», sentencian.