«El servicio ha mejorado mucho con el nuevo recorrido y sale bien de precio»

«Las nuevas paradas de ramón y Cajal, a mí, personalmente, me resultan más cómodas. Además, vivo cerca de la Carretera Logroño y que el bus pare un par de veces cerca de mi casa está muy bien, ya que suelo usar el autobús para subir al Crucero casi de forma diaria», sostiene Manuel Fernández, un veterano mirandés que, pese a contar con carnet y vehículo propio, prefiere hacer uso del transporte público porque «es mas cómodo y luego no tengo que buscar aparcamiento cuando baje, que esta muy complicado en mi zona».

El es uno de los miles de usuarios que se beneficiaron del bono de transporte reducido en un 30%. «Mi hija se enteró de que hacían descuento y lo tengo desde octubre, ya que en septiembre no me enteré de que estaba. Ahora, en febrero, ya me han comentado algunos conocidos que se me quedará a la mitad de precio, ya que lo saqué en diciembre y todavía no estaba el descuento de ahora», lamenta.

En este sentido, piensa que la ayuda municipal «es muy positiva, ya que el servicio se queda a muy buen precio y sirve para que la gente use este transporte en Miranda, una ciudad en la que sacar el coche a diario no tiene sentido», cierra.

Sin embargo, no todos los usuarios de la ciudad se montan diariamente en el urbano, también hay quién hace un uso más esporádico del servicio, y todos ellos mantienen una opinión formada sobre el funcionamiento actual. «Cogí el bono con descuento a finales del año pasado y lo he usado solo 2 o 3 veces para ir al hospital. El servicio está muy bien, es muy rápido, cada quince minutos lo tienes en tu parada y el bus es bastante amplio», agradece Rosa Rodríguez.

Por otra parte, la mirandesa desconfía respecto al periodo estival. «Cuando llegue verano, para ir a la piscina, veremos, porque que nos ponen un autobús muy pequeño en esa línea de la piscina, vamos como sardinas, y el horario no funciona tan bien».