la afluencia de público fue una constante durante toda la mañana. Avelino Gómez

Miranda no faltó a su cita con Micomanía

Las jornadas micológicas se cerraron con la exposición en la que se mostraron más de 230 ejemplares

María Ángeles Crespo

Domingo, 9 de noviembre 2025, 23:53

El último día de las jornadas micológicas Micomanía, organizadas por el Centro de Estudios Micológicos T. Mariano Losa tiene, año tras año como acto central, ... el que llama la atención de los mirandeses, la exposición que se ofrece en el patio interior del edificio del Conservatorio. Es tradición y «haga bueno o malo y tengamos muchas o pocas especies, se prepara», apuntaba su presidente, Luis Abadía.

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La proliferación de setas y hongos está intrínsecamente ligada a la meteorología y en este 2025 ni las temperaturas ni la cantidad de lluvia han sido especialmente propicia, pero aun así, y aunque los organizadores no las tenían todas consigo, lograron reunir, clasificar y exponer un total de 234 ejemplares que «entendemos que está muy bien. Es un número muy interesante».

Así lo entendían los encargados de hacer posible una edición más de Micomanía, y también el público que desde el mismo momento en el que se abrieron las puertas del espacio expositivo se fueron acercando para disfrutar viendo ejemplares curiosos como la Battarrea phalloides o la Ganoderma Lucidum. Con el trabajo hecho por los integrantes del Centro de Estudios Micológicos, se podían conocer las características de todos y cada uno de los ejemplares, así que se aprendía algo nuevo sobre el mundo de la micología.

No faltaron las posibilidades de contemplar algunas setas y hongos a través del microscopio, de conocer sus pormenores. Algo que también llegó a los visitantes de la exposición gracias a la muestra de láminas realizadas por Carlos Hermosilla que con sus minuciosos dibujos disecciona los ejemplares más diversos. Se podían apreciar macro y microscópicamente algunos hongos y ese trabajo llamó poderosamente la atención de los visitantes.

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Esta propuesta ha sido la novedad de la exposición de este año. Los dibujos que sirven para elaborar las fichas de trabajo con las que se manejan los micólogos de la asociación han sustituido al trabajo «de denuncia que veníamos haciendo en los últimos años. En esta ocasión hemos apostado por esta opción y parece que a la gente también le ha gustado», apuntaba Abadía.

600 raciones

Entre las once de la mañana y las dos y media de la tarde el trasiego fue constante en el interior del Conservatorio, y también en su exterior porque muchos son lo que ponen el punto y final a la visita a la exposición disfrutando del menú degustación. Para ellos Daniel Santos se encargó de preparar casi 2.000 pinchos, seiscientas raciones de un primero, un segundo y un postre.

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Desde bien pronto había cola para disfrutar comiendo «una croqueta que lleva boletus y champiñón como primero. Luego hemos hecho una hamburguesita con shiitake encebollado y de postre unos conos de chocolate con mousse de boletus». Sin duda, la cita acabó con un buen sabor de boca.

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