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Blanca Castillo

Blusas y neskas: Cuando la amistad se hace fiesta

Las cuadrillas tienen buena salud porque han sabido adaptarse. Ahora deben defenderse de ataques homogeneizadores que cuestionan la propia identidad de nuestras fiestas

Lunes, 4 de agosto 2025, 00:28

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La afición por salir de blusa, todavía hoy estando ya más cerca de los setenta años que de los sesenta, no surge de la nada. ... Fue mi padre, a quien tanto recuerdo, el que me inculcó esa pasión por nuestras fiestas, por la Virgen Blanca, por el humo de los habanos en el chupinazo, por Celedón y, especialmente, por salir en una cuadrilla de blusas. Su alegría, su capacidad para disfrutar junto a sus amigos y su pasión por la ciudad que le vio nacer, Vitoria, influyeron decisivamente para que yo me apuntará allí por 1978 en la cuadrilla 'Azkenak'. Fueron años convulsos, muy complicados desde la perspectiva político-social, pero también fascinantes para un joven que dejaba atrás años oscuros de niñez y asistía a cambios sociales, sin duda mejores, que se sucedían de forma tan acelerada como convulsa.

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