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Viernes, 29 de diciembre 2017, 23:19

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Los trabajadores del Teatro Municipal de Río, uno de los más prestigiosos de América Latina, dependen directamente del Estado de Río de Janeiro, que el pasado mes de julio decretó la situación de "calamidad financiera" para todo su territorio. La situación ha llegado a tal extremo que algunas bailarinas del ballet del teatro buscan dinero extra limpiando casas de amigas y el primer bailarín, Filipe Moreira, tuvo que vender su coche y ahora usa el de su madre para trabajar como conductor de Uber. El pasado primero de mayo se representó la ópera Norma, de Bellini, en forma de concierto, porque el coro debía ir a las funciones todos los días y no tienen dinero para desplazarse.

AGENCIAS
Los trabajadores del Teatro Municipal de Río, uno de los más prestigiosos de América Latina, dependen directamente del Estado de Río de Janeiro, que el pasado mes de julio decretó la situación de "calamidad financiera" para todo su territorio. La situación ha llegado a tal extremo que algunas bailarinas del ballet del teatro buscan dinero extra limpiando casas de amigas y el primer bailarín, Filipe Moreira, tuvo que vender su coche y ahora usa el de su madre para trabajar como conductor de Uber. El pasado primero de mayo se representó la ópera Norma, de Bellini, en forma de concierto, porque el coro debía ir a las funciones todos los días y no tienen dinero para desplazarse.
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