Los últimos rehenes vivos de Hamás se reencuentran con sus familias y la libertad

Su retorno se produce mientras en la base militar de Re'ìm comienzan a producirse los encuentros entre los primeros liberados (entregados por la milicia a las ocho de la mañana) y sus seres queridos en un clima de enorme emoción. Algunos han podido hablar por primera vez en dos años con sus allegados mediante videoconferencia antes de ser entregados por Hamás. «Se le ve bien… Vi su sonrisa, me recordó su sonrisa de hace dos años», explicó al Canal 12 Avi Ohana, padre de Yosef Haim Ohana. «Todos le estamos esperando».

Los medios hebreos afirman que todos los rehenes se encontraban «en pie» cuando fueron rescatados y no ha sido necesario su traslado en condiciones medicalizadas excepcionales. Aún así presentan síntomas de desnutrición.

Por primera vez en dos años, la organización islamista no tiene rehenes vivos en su poder. Eso sí, todavía retiene los cuerpos de 28 secuestrados y ha pedido más tiempo para poder reunir sus restos. De momento, no hay un plazo reestablecido. Algunos medios creen que podría entregar varios cadáveres esta misma tarde de lunes.

Lágrimas, abrazos. Más lágrimas y más abrazos. Desde el anuncio del Comité Internacional de Cruz Roja sobre la puesta en marcha de «una operación en varias fases» para supervisar la liberación de 20 cautivos israelíes y casi 2.000 prisioneros palestinos, la plaza de los Rehenes de Tel Aviv era pura emoción. Miles de personas han seguido en directo los acontecimientos a través de pantallas gigantes donde se han alternado las emisiones en directo de los principales canales israelíes.

Lo mismo sucedía en los aledaños de la base militar donde han sido reunidos todos los liberados. Los gritos de alegría se sucedían entre los cientos de allegados que aguardan el retorno de los suyos. «Estamos esperando, esperando y esperando», exclamaba Dani Miran, el padre de Omri Miran. «La gente ha dormido en la plaza esperando este momento. Es el pueblo de Israel, destacaba con orgullo. Avi Ohana, progenitor de otro de los secuestrados, relata al Canal 13 que lleva consigo hojas de palma, cidra, mirto y ramas de sauce para que su hijo recite una bendición sobre ellas cuando sea liberado en agradecimiento a que continúa con vida. «Estamos en un sueño», dice.

Mientras las ambulancias con los primeros siete liberados regresaban desde Gaza a los hospitales, el ala militar de Hamás difundía una inesperada declaración en la que refrendaba su compromiso con el alto el fuego en la Franja. La organización afirmaba que sigue el calendario acordado de intercambio de los cautivos y pide a Israel que haga lo mismo con los presos palestinos que debe excarcelar. Hasta minutos antes de que los primeros rehenes se subieran a las ambulancias, miembros de Hamás mantuvieron largas conversaciones con las autoridades penitenciarias hebreas para terminar de configurar la lista de casi 2.000 palestinos que saldrán de las prisiones.

«El acuerdo alcanzado es fruto de la firmeza y la resistencia de nuestro pueblo», afirma el comunicado de las Brigadas al-Qassam, en el que intenta justificar la tragedia que supone que la mayoría de los 48 rehenes que seguían en sus manos murieran en cautiverio. La organización afirma que «la ocupación (por Israel) podría haber devuelto con vida a la mayoría de sus cautivos hace muchos meses, pero siguió dando largas». Y añade que Hamás intentó terminar la «guerra de aniquilación» hace meses, antes de culpar al Gobierno hebreo de mantener el conflicto.

Israel, y con sus ciudadanos del mundo entero, aguardan el cierre de un capítulo trágico y macabro que lleva dos años abierto, desde que los islamistas causaron la masacre de los kibutz aledaños a la frontera el 7 de octubre de 2023.

Han sido casi 740 días en los que la veintena de secuestrados vivos que este lunes han regresado a casa han vivido en la oscuridad de los túneles o en casas de sus captores, encadenados y mal alimentados. La Cruz Roja pudo visitarles el domingo por la tarde y ha advertido de que algunos se encuentran en estado grave e incluso crítico. Otros 28, sin embargo, no regresarán: sus restos serán entregados a sus allegados tras haber muerto en cautiverio. Distintas fuentes oficiales estiman que esta operación será más complicada y que incluso la milicia necesitará superar el plazo de 72 horas establecido en el plan de paz para cumplirla. Incluso es muy posible que no todos los cuerpos puedan ser entregados este lunes debido a las dificultades para localizar sus enterramientos.

La certeza de terminar con la pesadilla ha sacado a miles de israelíes a la calle. Desde el amanecer los que han ido llegando a la plaza de los Rehenes se mezclan con los que no la habían abandonado desde anoche. El Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas ha colocado cámaras que muestran un gentío celebrando el ansiado regreso.

También a las afueras de la base militar de Re'im, hay numerosas personas ondeando banderas amarillas, el símbolo que ha unido durante estos dos años todas las movilizaciones en favor de la liberación. Hay decenas de vehículos de emergencia. Cada vez que uno se pone en marcha, los israelíes que ocupan las cunetas jalean su paso.

Los primeros siete rehenes han sido trasladados a los hospitales de Sheba en Ramat Gan; Beilinson, en Petah Tikva, y en el centro médico Tel Aviv Sourasky, en Tel Aviv. Los hospitales muestran pancartas de bienvenida que alguien ha colgado en sus fachadas. «Por fin, en casa', reza alguna de ellas. Las carreteras que conducen a los hospitales también muestran dibujos hechos con tiza que saludan a los recién liberados. Y en la sede del Parlamento, un cartel agradecía la intermediación del presidente de EE UU, Donald Trump, que ha visto las primeras entregas de cautivos desde el Air Force One en pleno vuelo hacia Jerusalén.

Los primeros siete rehenes han recuperado la libertad en la parte central de Gaza a las siete de la mañana (las ocho en España). Casi tres horas despúes, se transfririó el resto del grupo de cautivos vivos (trece) a la Cruz Roja en Khan Yunis.

Una pantalla gigante instalada en la plaza de los Rehes en Tel Aviv mostraba en bucle un montaje sobre los dos últimos años de esfuerzos para que llegara este momento. Cientos de personas lloraban por momentos, y la mayoría rompía en aplausos cuando aparece Donald Trump en las imágenes. El presidente de Estados Unidos es, este lunes, el político que despierta la adhesión fervorosa de los israelíes después de presionar por una negociación que ha conseguido doblegar la negativa de Hamás a liberar a los secuestrados.

Con la llegada a Israel de los veinte rehenes vivios ha tenido lugar la operación para sacar de prisión a casi 2.000 presos palestinos. De ellos, 1.700 son gazatíes detenidos tras el 7 de octubre y sobre quienes sus familias no han tenido información en todo este tiempo. Otros 250 presos cumplían cadena perpetua o largas condenas, principalmente por ataques contra ciudadanos e intereses israelíes. De ellos, 135 serán deportados a Gaza o expulsados en el extranjero. Se espera que 100 sean enviados a Cisjordania y 15 a Jerusalén Este.

Aunque en un principio las autoridades hebreas tenían previsto aguardar a la entrega de los cautivos fallecidos, finalmente han abierto las puertas de las celdas y los prisioneros han sido llevados a autobuses para su traslado. Los medios de comunicación palestinos han publicado las primeras imágenes de la llegada de algunos de ellos a Ramala, con las fuerzas de seguridad abriendo paso entre el gentío para dejar espacio a los autobuses.