Kiev critica a Varsovia por querer conmemorar el «genocidio» de polacos por nacionalistas ucranianos en 1943
El Gobierno de Volodímir Zelenski considera que rendir tributo a las 100.000 personas fallecidas en la masacre de Volinia atenta «contra el espíritu de las relaciones de buena vecindad»
La decisión -casi unánime- del Parlamento de Varsovia, el Sejm, de establecer el 11 de julio como el día en recuerdo de las víctimas polacas ... del «genocidio» cometido por nacionalistas ucranianos durante la Segunda Guerra Mundial ha generado malestar en Kiev, que considera la medida «contraria al espíritu de las relaciones de buena vecindad» entre ambos países.
«Tales pasos unilaterales no contribuyen al entendimiento mutuo y a la reconciliación, en los que nuestros países llevan trabajando mucho tiempo, en particular en el formato del Grupo Conjunto Ucraniano-Polaco para el Diálogo Histórico, que funciona con la participación de los ministerios de cultura y las instituciones nacionales de memoria de los dos países», ha advertido el Ministerio de Asuntos Exteriores de Kiev en un comunicado.
El 11 de julio coincide con el aniversario del conocido en Polonia como «domingo sangriento» de 1943, considerado el punto álgido de las matanzas de polacos en docenas de aldeas perpetradas por la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), un grupo político nacionalista de ultraderecha fundado en 1929, y el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), una organización militar clandestina durante la Segunda Guerra Mundial.
En virtud de la decisión de Varsovia de rendir tributo a los caídos en esa matanza, Kiev hizo un llamamiento a las autoridades polacas «para que se abstengan de tomar medidas que puedan conducir a un aumento de las tensiones en las relaciones bilaterales y socavar los logros obtenidos a través del diálogo constructivo y la cooperación entre ambos países».
«Recordamos una vez más que los polacos no deben buscar enemigos entre los ucranianos, y los ucranianos no deben buscar enemigos entre los polacos. Tenemos un enemigo común: Rusia», añade el comunicado del Gobierno de Volodímir Zelenski, que considera que «en aras de la fuerza común, la libertad y la seguridad de nuestros dos países amigos, debemos resolver conjuntamente las cuestiones problemáticas, no agravarlas».
Discrepancias sobre las motivaciones
Entre 1939 y 1946, nacionalistas ucranianos llevaron a cabo una limpieza étnica de polacos en Volinia, una histórica región oriental de Polonia que hoy forma parte de Ucrania. En esa masacre murieron asesinados unos de 100.000 hombres, mujeres y niños polacos y de otras minorías a manos de nacionalistas ucranianos. Durante décadas, la matanza enturbió las relaciones diplomáticas entre ambos países. Tanto el Gobierno de Varsovia como el de Kiev reconocen el crimen, pero discrepan sobre las motivaciones.
Mientras Varsovia califica la matanza de polacos de «genocidio», Kiev se niega a usar ese término y sostiene que la masacre formó parte de un conflicto más amplio del que ambas partes son igualmente responsables. El pasado mes de enero, ambos gobiernos llegaron a un acuerdo para la búsqueda y exhumación de las víctimas polacas de la masacre de Volinia, después de que Kiev lo impidiera durante décadas.
Este contencioso histórico no sólo tensa las relaciones bilaterales entre los dos países, sino que amenaza la eventual entrada de Ucrania en la Unión Europea. Varsovia ya ha advertido que bloquerá su acceso a la UE si la cuestión de Volinia no se resolvía antes. A pesar de esto, Polonia es uno de los países europeos que más ha apoyado a Kiev tras el inicio de la guerra de agresión rusa.
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