El autor de la masacre de Graz planeó minuciosamente el ataque
Artur A. vivía en un mundo virtual de juegos por ordenador y no tenía amigos en la vida real
El autor de la masacre del pasado martes en un colegio de Graz con 11 muertos, entre ellos el propio asesino, planeó detalladamente su ataque ... a los alumnos y profesores del centro, según han informado este jueves la Policía criminal y la Fiscalía de la ciudad austriaca, que revelaron haber encontrado en el domicilio de Artur A., de 21 años, notas manuscritas con un plan concreto de actuación.
Los investigadores encontraron también una bomba de carga hueca de fabricación casera sin terminar de montar. El joven lamentaba en los apuntes que había redactado no haberla tenido lista por falta de tiempo para cuando decidió ejecutar su plan en el instituto Borg de la Dreischützengasse, donde mató a tiros a seis chicas, tres chicos y una profesora.
Los portavoces del Ministerio Público y la Policía criminal de Graz han descrito a Artur A. como un joven muy introvertido que vivía en una localidad a las afueras de Graz junto a su madre y nunca había llamado la atención de las fuerzas de seguridad. Vivía al parecer en un mundo virtual dedicado juegos de ordenador violentos, donde tenía sus únicos contactos sociales.
Al parecer no tenía amigo alguno en el mundo real, ni deseo de tener contactos fuera de su domicilio. En el instituto Borg cursó las clases quinta y sexta de bachillerato, estudios posteriores a los cuatro de primaria, y tuvo que repetir la última. Hace tres años interrumpió sus estudios y estaba registrado como parado.
Según datos de la investigación, Artur A. entró en el colegio a las 9.43 horas del martes. Llevaba una mochila cargada con una escopeta de cartuchos, un pistola y munición. En ese momento las aulas del centro educativo estaban ocupadas por más de 350 alumnos. Subió a la tercera planta y en uno de los baños abrió su mochila y sacó su contenido.
Los protagonistas de la rueda de prensa subrayaron que no existen indicios de que grabara o difundiera en vivo a través de las redes sociales su actuación y explicaron que poco después se puso un cinturón de cartuchos, unas gafas de tirador, unos cascos y tomó sus armas, una pistola del tipo Glock 19 y una escopeta de la marca Mercury con sus dos cañones recortados.
El joven descendió seguidamente la segunda planta y comenzó a abrir fuego indiscriminadamente contra toda persona que se cruzó en su camino. Allí alcanzó a alumnos de la 5ª clase. Seguidamente retornó a la tercera planta, donde abrió de un disparo la puerta de la clase 7ª y disparó de nuevo sin previo aviso a los presentes.
Seguidamente regresó a los baños de la tercera planta y se pegó un tiro en la cabeza a las 10.07 horas, un minuto después de que la primera patrulla de la policía llegara al centro y probablemente al escuchar el sonido de su sirena, según el relato de los investigadores, que recordaron que las primeras llamadas de alarma fueron recibidas sobre las 10.00 horas.
Policía y Fiscalía parten del supuesto de que Artur A. no conocía personalmente a ninguno de los alumnos que asesinó, pero sí a la profesora muerta, que al parecer le dio clase en los dos años que estudió en ese instituto. La mujer fue trasladada en estado crítico a un hospital tras la masacre, pero falleció escaso tiempo después.
Durante el registro de su domicilio poco después de los hechos, los investigadores encontraron una carta y un vídeo de despedida. Artur A. se disculpaba en los mismos ante su familia, a la que daba también las gracias. Los responsables de la investigación subrayaron que continúan sin conocer los motivos para su actuación y señalaron que esperan encontrar algún indicio en su ordenador personal y una memoria USB de su propiedad.
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