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AFP

Trump lanza otra de sus cruzadas, esta vez contra los museos

El presidente ordena a su gobierno que replique en las instituciones culturales la purga que ha llevado a cabo en las universidades

Mercedes Gallego

Corresponsal. Nueva York

Martes, 19 de agosto 2025

Tras haber doblegado a las principales universidades del país, Donald Trump se dispone ahora a erradicar las políticas progresistas de los museos. «He instruido a ... mis fiscales para que repasen los museos y empiecen exactamente el mismo proceso que se ha hecho con las facultades y universidades, donde se ha hecho un tremendo progreso», anunció este martes en un Truth social.

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Lo que ha disparado la animadversión del presidente por las instituciones culturales «de todo el país», ha matizado, es la forma en la que el museo Smithsonian de Washington presenta la esclavitud, como si fuera «algo malo», discutiendo «lo horrible que es nuestro país», se quejó. Para Trump ese museo está «FUERA DE CONTROL», escribió todo en mayúsculas, pero no piensa quedarse ahí. «Los museos de Washington y los de todo el país son el último vestigio de la cultura woke», a la que su gobierno le ha declarado la guerra desde el primer día. La designación de dos géneros exclusivos -masculino y femenino-, la supresión del español en los idiomas públicos, la exclusión de transexuales en las fuerzas armadas y la cancelación de las subvenciones para instituciones que apoyen la diversidad o la discriminación positiva son algunos ejemplos de sus políticas.

Trump quiere «Hacer Grande EEUU de Nuevo», y eso empieza con reescribir la historia para excluir la mancha original de la esclavitud y el racismo. El Smithsonian, según él, no dice «nada sobre el exito, la brillantez, ni el fFuturo» que escribe para su país. «No vamos a permitir que eso ocurra», advirtió. «Tenemos el país más admirado del mundo y queremos que la gente hable de eso, incluyendo nuestros museos».

El Smithsonian, -una institución pública con un alto grado de autonomía que gestiona 21 museos, nueve centros de investigación y el Zoológico Nacional-, ya había intuido que podía ser blanco de las iras del presidente e intentaba evitarlas. El mes pasado desaparecieron de su museo en Washington DC las referencias a los dos 'impeachments' de Trump, que formaban parte de la sección «Los límites del Poder Presidencial», como parte de la exposición «La Presidencia Estadounidense, Una Carga Gloriosa». «Vitrina en revisión (la historia sigue ocurriendo)», decía la nueva etiqueta.

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Donde antes se citaban los 'impeachments' de los presidentes Andrew Johnson, Richard Nixon, Bill Clinton y Donald Trump -Nixon dimitió para evitarlo-, se dio marcha atrás en el tiempo para devolverlo al estado en el que estaba en 2008, mucho antes de que Trump fuese presidente, alegando que se trataba de una «etiqueta temporal», explicó al Washington Post la portavoz del museo, Linda St. Thomas. «La intención nunca fue que esas adiciones fueran permanentes». Su argumento es que se espera realizar en el futuro una actualización más amplia que incluya todos los juicios políticos presidenciales «en su contexto adecuado», pero que tomará «tiempo», al requerir de fondos adicionales.

El museo negó que la retirada de esa etiqueta respondiera a presiones políticas, algunas de las cuales ya se habían hecho públicas y se justificaban con la Orden Ejecutiva 14253, firmada por el presidente Trump el 31 de marzo de 2025. En ella se exige a todas las agencias y organismos federales que sus programas educativos y culturales promuevan una visión «positiva y patriótica» de la historia de Estados Unidos, eliminando «contenidos ideológicos destructivos».

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Emblemas del «espíritu nacional»

La orden, además, exige reinstaurar monumentos y símbolos considerados «emblemáticos del espíritu nacional», y prohíbe expresamente cualquier programación que, a juicio del ejecutivo, «divida a los estadounidenses por motivos raciales, ideológicos o históricos». El tema de la esclavitud y el racismo era especialmente preocupante. Una carta abierta firmada en abril por decenas de ex empleados del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana alertaba de «una ofensiva ideológica que busca silenciar la complejidad de la historia estadounidense y suprimir las voces que la han ampliado». Entre las preocupaciones mencionadas figuraban las presiones para alterar exposiciones relacionadas con la esclavitud, el movimiento por los derechos civiles y la brutalidad policial.

Como muchas empresas privadas, oficinas de gobierno, instituciones académicas y culturales, el Instituto Smithsonian cerró en enero su oficina de diversidad, en respuesta al clima político existente y la Galería Nacional de Arte modificó su misión eliminando esas referencias. En mayo, Trump anunció el despido de la directora de la Galería Nacional de Retratos, Kim Sajet, que forma parte del Instituto Smithsonian, por apoyar programas de diversidad.

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La institución siempre ha aspirado a ser más que un archivo, un espejo público nacional, que ahora tiene más nitidez que nunca. En julio la artista Amy Sherald canceló una exposición individual en la Galería Nacional de Retratos del Smithsonian, después de que funcionarios de la institución le pidieran reconsiderar una obra titulada «Transformando la Libertad», que representa a la Estatua de la Libertad como una figura transgénero. Sherald lo consideró una presión ideológica y dijo que no podía «participar en una narrativa controlada desde arriba», que ahora se plasma en política de gobierno.

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