Trump concede al asesinado Kirk el honor civil más alto de Estados Unidos
El presidente aceleró su viaje de vuelta desde Israel para estar presente en la condecoración al activista ultraconservador, que murió el 10 de septiembre
El presidente estadounidense, Donald Trump, otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad póstuma al activista ultraconservador asesinado Charlie Kirk, el honor civil más alto de ... la nación. Su viuda, Erika Kirk, recibió la condecoración en nombre de su esposo durante una ceremonia el martes en el Salón Este de la Casa Blanca. El mandatario norteamericano y la esposa del político fallecido ya habían compartido escenario en un evento masivo en Glendale, Arizona, el mes pasado ante 90.000 personas. En aquel acto, la viuda declaró perdonar al asesino de su marido. La concesión del galardón coincidió con el que hubiera sido el 32 cumpleaños de Kirk.
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En la ceremonia, Trump invitó a la sociedad estadounidense a «rezar por el avance de la paz, la verdad y la justicia», al tiempo que presentó al activista como un hombre que pretendía «salvar nuestras divisiones políticas, culturales y filosóficas». «Un mártir cristiano y titán del movimiento conservador estadounidense», realzó, según un escrito difundido por la Casa Blanca.
El equipo del presidente se vio forzado a programar el regreso de Trump a Washington a primera hora de la mañana del martes tras su viaje relámpago a Israel y Egipto para capitalizar la victoria política del acuerdo inicial de alto el fuego entre Israel y Hamás, que su equipo diplomático ayudó a negociar. El productor del pódcast de Kirk, Andrew Kolvet, agradeció a Trump por «mover cielo y tierra» para regresar a tiempo a honrar al fundador de Turning Point USA. La fecha ha sido marcada también como «Día Nacional del Recuerdo» vía una resolución conjunta de la Cámara y el Senado.
Kirk, el fundador de Turning Point USA (Punto Crítico), fue asesinado a tiros el 10 de septiembre mientras hablaba en el campus de la Universidad del Valle de Utah, en la primera parada de su The American Comeback Tour (el Retorno de América), que invitaba a estudiantes universitarios a debatir temas polémicos.
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Trump fue el primero en anunciar en su red social la muerte de Kirk a quien calificó de «gigante de su generación» y como «un amigo mío, un amigo de todos nosotros». «Charlie fue un campeón de la libertad y una inspiración para millones y millones de personas», dijo el presidente entonces. Al día siguiente anunció que le otorgaría la Medalla Presidencial de la Libertad, cuya ceremonia concentraría a una «gran multitud».
Kirk fue el creador de una de las plataformas de propaganda más importantes del movimiento MAGA, con la que movilizó a los jóvenes conservadores en las elecciones presidenciales de 2024 que llevaron a Trump a la presidencia.
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Propulsor del nacionalismo cristiano, Kirk defendía con una retórica agresiva posturas ultraconservadoras como la purga del profesorado universitario, la transmisión de ejecuciones por televisión, el derecho a portar armas incluso a costa de los tiroteos masivos, los programas DEI, o el «error» de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964. Las grandes donaciones millonarias conservadoras y sionistas le convirtieron en una figura nacional a cargo de la propagación de desinformación sobre Covid-19, el fraude electoral en 2020, la teoría de la conspiración del «genocidio blanco» y Gaza.
Persecución de los disidentes
Su muerte ha sido rápidamente instrumentalizada por funcionarios de la Administración Trump y la extrema derecha para legitimar la persecución de liberales demócratas y la disensión en el país bajo acusaciones de «izquierda terrorista».
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La batalla por la apropiación del legado del activista de extrema derecha ha abierto aún más la brecha en el ecosistema de la propaganda del MAGA entre los fieles y los críticos a la Administración Trump. Mientras los funcionarios públicos se esfuerzan por higienizar su legado, otros, como los poderosos influenciadores Tucker Carlson, Candace Owens, y Megyn Kelly, han abierto la herida de la disensión con revelaciones que destacan el cambio de posición de Charlie Kirk en los últimos meses de su vida, en los que se había vuelto muy crítico con el genocidio de Israel y la política de Trump de apoyo a Netanyahu.
La reunión de Kirk con Trump para convencerle de no bombardear Irán para ayudar a Israel, y una reunión este verano en los Hamptons en Nueva York considerada una emboscada de sus donantes millonarios para leerle la cartilla, habían enfurecido al propagandista de tal manera que en sus últimas apariciones en los pódcasts declaró sentirse acosado y bajo los ataques de sus patrocinadores pro-Israel.
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La fuerte especulación sobre las presiones de Israel al activista llevó al propio Netanyahu a salir al paso y declarar que su Gobierno «no estaba detrás de la muerte de Kirk», al tiempo que reivindicó su figura como «amigo personal» y «gran amigo de Israel», mientras en Fox News se apresuró a culpar del asesinato a los musulmanes.
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