Toquinho y Yamandu Costa cada uno por su lado
A pesar de lo anunciado por el programa oficial, los dos guitarristas brasileños actuaron por separado: un recital vertiginoso y virtuoso dio el joven, y una panorámica de la bossa el maestro, que dio protagonismo a su apadrinada Camilla Faustino
Lo que estaba oficialmente publicitado a modo de gran concierto de despedida del 48º Festival Internacional de Jazz de Vitoria como una actuación conjunta de ... los brasileños Toquinho y el prestidigitador de la guitarra de siete cuerdas Yamandu Costa, un encuentro en quinteto para más señas, en realidad a la postre fueron dos actuaciones: un recital de Yamandu y un show en cuarteto de Toquinho, que se quejó de que la promoción había informado mal del programa de la noche, ¡pero porque no había destacado lo suficiente a su protegida, la vocalista Camila Faustino!
Conclusión: el sábado noche el festival se cerró con un cartel brasileño triple abierto por la correctamente anunciada Dora Morelenbaum (28-29 años), quien en cuarteto, con delicadeza, sentido lúdico y dominio de la guitarra, los teclados y la voz se lució en una presentación de 15 temas en 55 minutos; siguió el sorpresivo recital de Yamandu Costa (45 años), de 8 temas en 53 minutos simpáticamente virtuosos, y cerró la terna Toquinho (79 recién cumplidos) en cuarteto con la invitada especial Camilla Faustino (34) y haciendo un recorrido por su carrera y por la bossa nova de 14 temas en 62 minutos en lo que fue la mejor actuación de todo el festival.
Durante el descanso del bocadillo posterior al bolo de Dora, la megafonía anunció como de sorpresa al guitarrista Yamandu Costa, quien apoyando los pies en un escabel, con una mesa para el mate a su lado y sentado en una silla, se exhibió vertiginoso en esos 8 temas en 53 minutos humeantes, con solo un momento lento, el homenaje a Michel Legrand titulado 'A Legrand'. El resto fue velocísimo, con destellos brasileños (el tema que estrenó mundialmente, aún sin título), el sentido zíngaro de Django Reinhardt, vocalizaciones suyas y silbidos a lo Salvador Sobral, samba, una bossa vertiginosa, la milonga 'La invernada' y para despedirse un chamamé dedicado a su abuela, 'Sarara'.
El descarado Yamandu, siempre en castellano, se metió al público en el bolsillo: informó de que era su segunda visita a Vitoria y precisó que ya estuvo en el festival acompañando en un tema a Silvia Pérez Cruz, logró mayor conexión con el respetable que la víspera Al Di Meola (que no estuvo mal), dijo 'eskerrik asko' un par de veces más mal que bien, prometió una cerveza o dos al técnico si le ponía reverb, y el muy pícaro se despidió soltando que como había perdido peso iba a comerse un chuletón para recuperarlo.
Sí, Yamandu Costa se presentó mucho mejor en solitario que si se hubiera integrado en el grupo de Toquinho, quien demostró también maestría a la guitarra durante la actuación de 14 temas en 62 minutos que corrieron fugaces. Fue conciso en sus presentaciones sabedor de que disponía de tiempo limitado, al principio tocó en trío eléctrico y superfluido, y luego en cuarteto con su protegida Camilla Faustino, que se hizo la dueña del tablado con sus bailes y su voz.
Toquinho abrió con un instrumental en trío para alardear ('A pelo'), saludó diciendo que lo de tocar música no es trabajo, y afirmó que él comenzó con Jobim y tocó un popurrí con 'Corcovado' y 'Garota de Ipamena', con voz justa por la edad pero muy elegante y bien afinada. Evocó a su amigo Chico Buarque mediante su 'Samba de Fiumicino' (más conocida como 'Samba de Orly'), retrató a Vinicius de Moraes caricaturizando su amor por el whisky y llamándole vanidoso antes de presumir de haber estado con él durante 10 años y de componer más de 150 canciones y de dar más de mil 'espectáculos' antes de tocar 'Samba pra Vininius', que fue la cima de las seis primeras piezas. Además contó que a los 22 años, para poner música a 'Tarde en Itapua', robó el poema escrito por Vinicius a la playa de su casa, y en un tema a solas reivindicó a Luis Gonzaga ('Asa branca').
Y antes de la séptima presentó a Camilla Faustino y lamentó que se hubiera anunciado incorrectamente el concierto por no destacar la presencia de ella, que «lleva nueve años conmigo». Camilla rompió la noche con 'Você abusou', popularizada por Maria Creuza, y saludó con un «gabon... zer moduz?». Ondo contestó la gente que llenaba el pabellón de Mendizorroza, la treintañera llamó maestro a Toquinho, que entre halagos replicó «ella no es fea», y él aseguró que la simiente de la bossa nova fue una canción de Joao Gilberto, 'Chega de saudade / Basta de nostalgia«, y la revisaron los dos a dúo.
Y ya hasta el final todo fueron buenos momentos, y encima variados: Toquinho confesó que cualquier autor desea un éxito como 'O qué será' de Chico Buarque (por los royalties a cobrar, se infiere), y aquí Camilla alardeó de bel canto desde el taburete; a 'Gracias a la vida' de la chilena Violeta Parra Camilla le insufló la ambición de Maria Callas; Toquinho reivindicó la sencillez de Baden Powell en las dos notas de 'Berimbau', que les quedó muy trágica; y se despidieron en falso con su mega éxito 'Aquarela', un tema tranquilo con primera parte en español y segunda en portugués, con Camilla aportando una segunda voz expansiva, una Camilla a la que justo antes Toquinho había halagado loando «su carisma, su voz, su luz, su musicalidad...».
Pero aún hubo tiempo para dos bises, ambos de Toquinho & Vinicius: la samba 'Tristeza', con la gente en pie, y de nuevo volvieron a salir los cuatro para 'A tonga da mironga do kabuleté', fechada por Toquinho en 1970 y con una palabrota colada en el título.
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