Vitoria se convierte en el escaparate del mejor complemento del rock: los tatuajes

La marea negra azkenera ha inundado este viernes la plaza de la Virgen Blanca y los alrededores para disfrutar de un buen pote, un pintxo contundente y buena música al ritmo de Laurie Wright aprovechando el buen tiempo, quizás demasiado sofocante, pero que ha permitido a los fans del rock and roll lucir sus tatuajes más rockeros; el mejor complemento.

Desde Barcelona y con afán de ver a Turbonegro han aterrizado Alex y Cristian. Tanta es la pasión que sienten por el grupo de rock noruego que Alex se había tatuado el día anterior «un demonio de la Turbo» que «aún duele» se reía al lucir el tatuaje todavía enrojecido y con el film de plástico protegiéndolo. Eso sí, no le había dolido más que el que estilaba en el pecho.

En el caso de los vitorianos Sergio y Jon, que estaban disfrutando de una cerveza fría mientras esperaban a la sombra el inicio del concierto, sus tatuajes azkeneros ilustraban grupos que han adornado el cartel del festival en ediciones pasadas. En el caso de Sergio, entre toda la tinta que adorna su cuerpo, destacan tres. «Este es Josh Homme, de Queens of Stone Age que tocaron en el Azkena», en su pierna le acompañan el grupo Hank 3 y Fu Manchu, también veteranos en el festival, y Kurt Cobain «que evidentemente no ha tocado en el festi».

Jon sólo tiene un tatuaje de música dedicado a Brian Jones, de los Rolling Stones, porque es un grupo «que admiro bastante» y que le gustaba especialmente cuando Jones era integrante de la banda. ¿El precio de los tatuajes de ambos? «Unos cuatrocientos euros cada uno», que se dice pronto, pero no es poco.

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