The Hellacopters cierran con electricidad afilada el Azkena
El quinteto sueco dirigido con puño de hierro por el chuleta Nicke Royale vino en la gira de su 30º aniversario y dio mucha cancha sónica y visual al guitarrista barcelonés LG Valeta
El último concierto del 23º Azkena Rock Festival lo dieron los suecos Hellacopters (Estocolmo, 1994) en el marco de la gira de celebración de ... su 30º aniversario. Se subieron al segundo escenario, el Respect, de iluminación siempre mejorable y sin pantallas de refuerzo, y dieron un bolazo de 17 rocks en 72 minutos en los que desplegaron cuatro telones de fondo: primero el de la portada de su último álbum, 'Overdriver', de 2025; segundo el más chulo, el de su logotipo nominal, que se ondeaba peligroso con el viento; tercero, el del rayo y la nube; y el cuarto, el del pulpo, de iconografía reminiscente de Turbonegro.
Todas las canciones fueron muy parecidas, los dos guitarristas elevaron al cielo los mástiles de sus Gibsons simétricas (el líder Nicke Royale es zurdo, y se espejaba con el diestro barcelonés LG Valeta, del grupo acedecesco '77), y el baterista era un bestia capaz de fustigar las almas de todos los presentes (Robert Eriksson, el único que ha acompañado siempre a Nicke en los Copters: primero de 1994 a 2008, y tras el parón del grupo porque el líder no cumplió con su ambición de ser estrella en USA, desde 2016 hasta hoy día).
Y así, sobrios pero chulazos, ultradinámicos en escena (¡esas patadas al aire de cinturón negro!), roqueando con una velocidad que a menudo se trasladaba a la forma de cantar tantas letras a toda leche, desafiando a una tormenta nocturna que relampagueaba en el horizonte pero que no se atrevió a hacer acto de presencia en Mendizabala, y combinando los punteos fla-mí-ge-ros de Nicke y Valeta, The Hellacopters, revelaron una vez más su dominio melódico de la electricidad asumido de los Kiss, pues muchas, si no todas, de sus canciones recuerdan a los neoyorquinos pintureros también por guitarrazos y estribillos: 'Toys and flavors', en el bis 'I'm in the band'...
Y además los Copters se aceleraron como los estadounidenses Supersuckers ('Wrong face on', luego 'Soulseller' en uno de los momentos más fogosos de la velada), versionaron presentando a The Robots, punks suecos de los 90, antes de revisar su canción 'In the Sign of the Octopus' (que fue cuando bajó el cuarto y último telón), combinaron, pasión energía y melodía ('The Devil Stole the Beat From the Lord'), en varias ocasiones el líder Nicke Royale se colocó delante del escenario, todo chulazo con su gorra de plato (y las dos guitarras Gibson sonando como cuchillos en 'Eyes of oblivion'), alguna descarga de alta energía ya soltaron (para acabar, '(Gotta get some action! Now!'), y sólo se refrenaron para tomar aire en un blues en la escuela Screamin' Jay Hawkins ('So sorry I could die').
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