Buzzcocks: Rápidos, rebeldes y encantadores
Un enérgico Steve Diggle capitaneó un espectáculo solvente y lleno de actitud que llevó al respetable a la locura con sus grandes éxitos
Únicos. Con actitud. Y también rápidos, muy, muy rápidos. El mejor punk rock gestado en los 70 con sello de Bolton, Manchester, fue el particular ... palo del universo musical que tuvo el honor este jueves de subir el telón del tablado God del Azkena en Mendizabala. Puntuales como buenos británicos y con los brazos en alto, los legendarios Buzzcocks comenzaron a atronar con fuerza y un Steve Diggle que encabezó un espectáculo bastante solvente y dinámico sin dejar de derrochar encanto. Hasta se arrancó el cántico futbolístico ('Olé, olé, olé, olé...' en lugar de 'Oe, oe, oe...', confusión típica de los 'guiris').
'What do I get?' fue el particular gran éxito escogido para la apertura de un repertorio compuesto por una quincena de temas de diferentes álbumes. Así demostraron su talento para electrificar al respetable, ansioso por corear unas letras que, a diferencia de otras bandas con las que comparten escena los mancunianos, abordan asuntos de filosofía o amor con un toque travieso. «Hello Vitoria!», saludaba un 'frontman' que demostró su gran forma, tanto física como específicamente vocal, a sus 70 años. Junto con Chris Remington, Danny Farrant y Manny Parazzoli dejaron patente que conforman un combo sólido en el directo.
Melodías y guitarras pegajosas, combinadas con un tono de simpatía y complicidad, dieron paso a una secuencia marcada por la velocidad a las cuerdas y las baquetas. 'I don´t mind' (del álbum 'Another Music in different Kitchen', del 78), 'Senses out of control' –de su último larga duración 'Sonics in the Soul', lanzado en 2022–,junto con 'Harmony in my head' (sencillo de 1979) y, 'Autonomy', cortes que inauguraron el 'set list' diseñado para esta gira internacional, sonaron casi sin pausa entre una y otra. Solo las separaba la enérgica introducción de «One, two, three, four!» por parte del vocalista, que blandió hasta una pandereta.
Con 'Bad dreams', 'Why Can´t I touch it' y 'Destination zero', el líder reclamó coros al público, lo que los animó aún más. En las primeras filas no paraban de saltar asistentes nacionales e internacionales; ingleses e incluso japoneses. Todos esperaban el momento álgido del show, la archiconocida 'Ever fallen in love', que transformó los bailoteos en brincos y gritos de éxtasis.
Es casi medio siglo (con el fallecimiento de Pete Shelley en 2018 de por medio) en el que estos 'gallos entusiasmados' –así se traduce el nombre de la banda– siguen demostrando que el punk inglés sigue vivo y coleando.
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