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Derby Motoreta's Burrito Kachimba y sus tres horas previas a encantar al público
EL CORREO acompaña al grupo andaluz durante su backstage en el festival
Todo empieza con un grito de guerra. Diez manos se fusionan en el centro y como si fueran a jurar una promesa irrompible chillan al ... unísono un sonoro ¡SUA! En euskera, fuego. Y no, no existe una explicación lógica para que un grupo andaluz, que suena a Triana y Led Zeppelin, haya hecho de esta palabra su insignia en ese backstage que comienza unas tres horas antes de subir al escenario y termina así. El caso es que los Derby Motoreta's Burrito Kachimba, a los que EL CORREO acompañó el sábado antes de su concierto de medianoche en el Azkena Rock Festival, demuestran ser especiales. Dandy Piranha (cantante), Gringo y Bacca (guitarras), Soni (bajo), Papi Pachuli (batería) y Machete Carrasco (teclados y sintetizador) tienen un carácter que se sale del molde.
Para empezar, lo que una descubre es que esos nombres con los que se presentan al público no los usan fuera de focos. «Todavía no nos ha comido el personaje», puntualiza risueño el guitarra Bacca, en realidad, Alejandro García. El 'frontman' se llama Miguel. O Migue, como lo escriben los técnicos de su equipo en su micrófono, por el dialecto que practican.
Ninguno tiene un ritual concreto, ni manías antes de entrar en escena. Lo habitual: el batería se desplaza con sus baquetas como si fueran una extensión de sus manos y golpea cualquier muro para controlar el ritmo mientras Piranha calienta la voz. El resto no muestra nerviosismo y simplemente se asegura de que haya cerveza en las tablas.

En seis meses llevan cerca de una quincena de bolos y ayer mismo volaron desde Vitoria hasta Bogotá para tocar hoy en el evento de Rock Al Parque. «Intentamos disfrutar en cada 'festi', pero a veces la logística se complica», asume Soni, el bajista. El sábado la suerte se puso de su lado. «¿Vamos a ver a los Lemon Twigs? Luego intentaremos también pasarnos por The Flaming Lips», plantean.
Al dúo de hermanos estadounidenses, Brian y Michael D'Addario, que parecen –como ellos– sacados de otra época sí consiguen llegar. No ocultan que se embarcarían en una gira juntos y, aunque coinciden con la pareja de veinteañeros en los camerinos, al menos en nuestra presencia no llega a producirse una interacción entre ambos. En el asfalto de Mendizabala son, a simple vista, unos admiradores más.
Suelen llevarse como recuerdo carteles de otros artistas. Ficharon el de Dead Kennedys
¿Una foto?
Quien rompe esa fachada es la familia barakaldesa Gómez-Ordoñez. Dos niñas rubitas de ocho años corren a pedirle a los seis una fotografía. «Los conocimos en Torrelavega y a las crías les fliparon. Supongo que es una consecuencia de que lleven desde los cuatro meses yendo a festivales», explica Aralar, su madre.

Derby tiene que estar a las diez para su prueba de sonido, así que se racionan las canciones a escuchar de ese pop setentero y vuelven a su cubículo. Para cenar: poke, «pero con poco arroz para que no me hinche», en el caso de Miguel, o una hamburguesa al completo para Pachuli.
La lluvia retrasa su ensayo, así que mientras esperan, repasan los carteles que hay pegados al lado de la sala donde guardan sus pertenencias. «Queremos llevarnos el de Dead Kennedys», dice Soni, el bajista. Resulta que tienen una tradición en la que, en cada evento de este tipo, se quedan con ese papel de grupos a los que admiran. «Ya tenemos de Los Brincos o Los Chichos», mencionan. De hecho, al final de su concierto y cuando salen a saludar al escenario suena 'La Cachimba', un tema de Los Chichos que se publicó en 1974 y que, de alguna forma, conecta muy bien con su estilo musical.
Se presentaron con prendas azul marino y amarillas, en sintonía con los colores de su disco

'Gitana', que tiene referencias al Zorongo gitano de Federico García Lorca, deja al descubierto esa conexión. Aunque lo suyo es más psicodélico, con estética quinqui. Ellos lo llaman 'kinkidelia', para que nadie ponga otras etiquetas.
'Porselana Teeth' fue una de las canciones de apertura, con la que el público les coronó «como una banda que tendría que pasar a la historia». Aunque esa pertenece a su anterior disco, 'Hilo Negro' y a la capital alavesa vinieron a presentar 'Bolsa Amarilla y Piedra Potente', de la que interpretaron magníficamente su 'Ef Laló'. En ese álbum basaron, por cierto, su vestimenta. Todos de azul marino y sólo una camiseta amarilla, como ese puntito que brilla en su carátula.
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