Cinco sermones de los predicadores

Es una canción estelar, seis minutos que pueden verse como un dúo entre voz y guitarra, a medio camino entre Suede y Guns N' Roses. Inspirada en la novela 'La ley de la calle', oculta bajo su encanto melódico una feroz crítica al consumismo capitalista, esa vida como «un suicidio lento» en la que hemos pasado «de ser siervos feudales a gastar dinero».

Fue el primer single de su tercer álbum, el último con Richey, en el que se abandonaron a la oscuridad. Cargada de referencias culturales (se abre con una frase de la película '1984' y cita a varios escritores), en ella el letrista enfrenta su individualismo a la sociedad, con frases tan tajantes como «el hombre lo mata todo».

Cuentan los Manics que, cuando compusieron este himno coreable, tuvieron la impresión de que Richey lo aprobaría y eso les animó a seguir. Nicky Wire, que ya escribía parte de las letras y a partir de aquí se encarga de todas, explora la clase obrera de la que procede la banda, con versos que van desde «las bibliotecas nos dieron poder» hasta «no hablamos de amor, solo queremos emborracharnos».

Está dedicada a los voluntarios galeses que se sumaron a las Brigadas Internacionales para luchar contra Franco. De uno recoge una cita textual: «Si puedo disparar a conejos, puedo disparar a fascistas». Y el definitivo estribillo podemos cantarlo bien alto estos días: «Si toleras esto, tus hijos serán los siguientes».

Con teclados luminosos que aprobarían ABBA o Arcade Fire, es el tema de presentación de su nuevo álbum y suele abrir sus 'setlists' de esta gira. Una bonita frase del sermón:«La sociedad era mi peor enemigo, ahora quiero construir una pequeñita para ti».