LOS VIAJES Y EL TURISMO
La vida después del coronavirus: Capítulo 18 ·
Lo exótico es el pueblo... Carretera y mantaAl ponerme el bañador me pregunto cuándo podré ir a Hawai; al untarme el bronceador me pregunto cuándo podré ir a Bombay». En 1985, Mecano cantaba cómo sería nuestro estío de 2020 (a saber si alguno más). Entonces, nueve de cada diez españoles veraneaban, una de dos, en el litoral o en el interior. 35 años después, el 24% sale al extranjero para desconectar. «Hawai, Bombay, son dos paraísos que a veces yo me monto en mi piso», susurraba en aquel 'hit' ochentero una visionaria Ana Torroja. Expandido sin control por buena parte del planeta, el aún indomable Covid-19 nos ha puesto a dieta severa de exotismo. Viajar, a corto y tal vez medio plazo, se va a circunscribir al territorio nacional y aledaños. Es tiempo para recuperar la 'camper', regresar al pueblo y redescubrir los atributos de un país que el año pasado patearon 83,7 millones de guiris, el segundo destino del mundo, a poca distancia de Francia, más anhelado para disfrutar.
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Cuando Mecano suspiraba en alto por veranear en 'Hawai, Bombay', Javier Gómez-Navarro llevaba ya un par de años dirigiendo Viajes Marsans, habían pasado siete desde que lanzó 'Viajar' -la primera revista nacional monográfica- y le quedaban ocho para ocupar el despacho de ministro de Comercio y Turismo durante el último Gabinete de Felipe González. Entre medias, se las arreglaría para alumbrar la Feria Internacional de Turismo (Fitur), capitanear una empresa de cruceros y nutrir su colección particular de libros de viajeros por España (autóctonos y extranjeros) hasta superar hoy, con sus 20.000 volúmenes, la de la propia Biblioteca Nacional. No hay aventura, travesía o safari que este ingeniero industrial, actual presidente de la Sociedad Geográfica Española, no hubiera emprendido antes de que la bomba invisible del coronavirus reventara y su onda expansiva paralizara el planeta por tierra, mar y aire. Pero ni por esas este madrileño del 45 está dispuesto a asumir una existencia estática. «Por hache o por be, todas las veces que he planeado ir a Etiopía se han frustrado. Mientras esa posibilidad llega felizmente algún día, estoy pensando en comprarme una furgoneta y viajar con mi mujer por Europa, como hicimos en los setenta desde La Paz a Quito», se autoprescribe el experto. «Solo que ahora confío en no tener que dormir a bordo y sí poder pernoctar en establecimientos que encontremos en el camino».
REFERENCIAS
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Zurab Pololikashvili (Secretario General de la Organización Mundial del Turismo) Ocupa este cargo adscrito a Naciones Unidas desde enero de 2018. Con anterioridad fue el embajador de Georgia en España, en donde se instaló tras liderar el Ministerio de Desarrollo Económico de su país y el viceministerio de Asuntos Exteriores. Tiene 43 años y reside en Madrid, sede oficial de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
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Javier Gómez-Navarro (Presidente de la Sociedad Geográfica Española) Promotor y editor de la revista 'Viajar' y de la Feria Internacional de Turismo, Fitur, ha sido presidente de Viajes Marsans, vicepresidente del comité organizador de los JJ.OO. de Barcelona'92 y ministro de Comercio y Turismo durante el último Gobierno de Felipe González.
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Cristina Morató (Reportera, viajera y escritora) La periodista catalana, escritora y directora de programas de televisión dedicó más de dos décadas a recoger sus viajes por América Latina, Asia y África en extensos reportajes culturales y antropológicos. Ha rescatado del olvido la vida y las hazañas de las grandes viajeras y exploradoras en varios libros, como 'Las reinas de África'.
Suena cabal. Y hasta excitante, por qué no. Viajar bajo la sombra del Covid-19 se va a parecer mucho al carretera y manta de hace cuatro décadas, cuando el litoral y el interior se disputaban el veraneo general; Mallorca y Canarias, las lunas de miel; y los circuitos continentales en autobús y los primeros chárters a Londres, las escapadas de los españoles pudientes. El campo -esta vez a lomos de un monovolumen y no de un rígido Seat 127, con las hamacas plegables, la nevera y el 'frisbee' en el maletero- y los pueblos, propios o de prestado, se van a encargar por el momento de saciar nuestro hambre reciente y creciente de exotismo y conquistas lejanas. «Si la psicosis a un virus para el que, a día de hoy, no hay cura permanece, nos mantendremos cautos y no iremos mucho más lejos que a la provincia de al lado. Una vez que esta situación pase y perdamos el miedo, que son cosas distintas, volveremos a viajar como lo hacíamos antes. Eso sí, siempre y cuando tengamos dinero para ello. Mucha gente ya lo hacía a crédito, a 12 y 24 meses. Ahora lo que va a hacer falta es que tengamos la capacidad de endeudarnos. Esa es la recuperación que me preocupa», admite el expolítico.
Su pronóstico para el turismo receptor es bastante más halagüeño. «En dos años, España volverá a ser líder en turismo. Estoy convencido. Somos el país en donde más se divierte la gente. La oferta es buena y variada, y nuestra forma de vida engancha».
«Una vez que esta situación pase y perdamos el miedo, que son cosas distintas, volveremos a viajar como lo hacíamos antes. eso sí, siempre y cuando tengamos dinero para ello»
javier gómez-navarro
La veterana periodista Cristina Morató, reportera de fondo por medio mundo y justiciera literaria de las grandes mujeres exploradoras y de sus extraordinarias epopeyas, rehúye los paños calientes. «Viajar a lugares remotos y exóticos ya no estará al alcance de todos y subirse a un avión no será una experiencia agradable. Si los controles en los aeropuertos ya eran una pesadilla, ahora lo serán más. Las cabinas parecerán quirófanos y en algunos países no seremos bien recibidos o, directamente, nos prohibirán la entrada. Viajar en tiempos del coronavirus será una pesadilla», vaticina. Pero en ningún caso se podrá comparar, se apresura a añadir, a las adversidades que tuvieron que encarar 'Las reinas de África' y otras monarcas de la exploración a las que ha devuelto la gloria de sus hazañas a través de sus libros.
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La escritoria no se resiste a homenajearlas otro poco. «En el siglo XIX viajar al continente africano, a la tumba del hombre blanco, como lo llamaban los más optimistas, era una heroicidad. Ni vacunas, ni GPS, con los mapas en blanco y enfrentándose a fieras salvajes y a tribus hostiles», recuerda. Aun así, «dudo de que Mary Kingsley, Freya Stark o Ida Pfeiffer se hubieran echado atrás ante la amenaza de una pandemia». Morató no puede evitar compadecerse de las generaciones más jóvenes, «que se van a perder grandes experiencias». Mientras ella se conforma de buen grado con redescubrir a partir de ahora Portugal, Grecia o Francia, a los veinteañeros les recomienda que no dejen de visitar los lugares legendarios y remotos, aunque sea a través de la literatura de Paul Bowles, Joseph Conrad, Bruce Chatwin, Javier Reverte, Manu Leguineche, Hemingway...
La ilustración: IÑAKI MARTIARENA, MATTIN
Autor polivalente, su obra destaca por la frescura y la sinceridad. Tiende puentes entre lo gráfico y diversos proyectos medioambientales y educativos. Su entrañable personaje de cómic Belardo acaba de cumplir veinte años.
Instagram:@mattinsormena
Sin saberlo, el paleoantropólogo y gran viajero Juan Luis Arsuaga, quien estos días debería estar rematando su primera expedición como científico al mando de un grupo de turistas en el Ecuador de Humboldt y las Galápagos de Darwin, discrepa. «Todo va a volver. También el viajar, que es lo que entedemos hoy por ocio. Y se parecerá mucho a como lo hacíamos antes, solo que ahora nos tomarán la temperatura. Verá, en Madrid tenemos índices de polución elevados. Hay unos aparatos que la miden. Cuando suben y alcanzan tal valor, en ciertas zonas se prohíbe la circulación durante equis días. Es una metáfora de cómo nos adaptamos a las amenazas una vez que estas quedan desveladas. En Tokio tienen terremotos cada dos por tres. Siguen viviendo allí. Han hecho edificios antisísmicos. Somos listos y adaptables. Superaremos esto, como superamos la viruela o la triquinosis. A los tres días del atentado de Atocha, que mató a tantas personas, estábamos cogiendo de nuevo el tren».
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En resumidas cuentas, que somos más maleables y resilientes de lo que sospechamos. Y, además, Willy Fog no está en la cúspide de nuestro árbol genealógico. «Tampoco hay tanto afán viajero como se cree», asegura Arsuaga, uno de los profesionales que más sabe de evolución humana del mundo. «A lo largo de la historia de la Humanidad, la mayor parte de los desplazamientos se han hecho por necesidad. Casi toda la gente ha vivido en su aldea sin plantearse ir más allá de las montañas que tenía enfrente. Sin ir más lejos, en España, el número de personas que no había visto nunca el mar hace tan solo dos generaciones era mayoritario. Y eso en una península».
A Paco Nadal el veneno del viaje se lo inoculó su primera incursión al extranjero, nada menos que un Murcia-Oslo que cubrió en un autocar. Tenía 15 años y un campamento nórdico por delante. Desde entonces, han hecho falta un virus feroz y un confinamiento planetario para amarrarlo a tierra firme estos últimos meses. En doce encadena 14, 15 o 16 salidas internacionales, que luego revive y pormenoriza en sus reportajes periodísticos en prensa, en su blog o en la radio: Birmania, la Antártida, Uzbekistán, el Congo, Groenlandia... Su límite es la troposfera. Cuando los pasajes de los aviones africanos los ocupaban exclusivamente misioneros y hombres de negocios, él ya estaba allí con su mochila y su cámara. Y sigue estando ahora, en que la industria del turismo pone a rodar por el mundo cada año a 1.400 millones de guiris que quieren explorar otro país o escapar del suyo por un tiempo.
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«Viajar a lugares remotos y exóticos ya no estará al alcance de todos y subirse a un avión no será tan agradable. las generaciones más jóvenes se van a perder grandes experiencias»
cristina morató
El viajero ilustrado aboga por que el sector introduzca «correcciones» que le hagan virar hacia un modelo que rebaje las «masificaciones», pero sin echar pestes de las marabuntas turísticas. «Las tecnologías y el transporte han cambiado la experiencia de viajar. La han democratizado. Arremeter contra esa popularización me parece propio de una postura elitista. Que toda esa gente viaje cada año quiere decir que hay más clase media en el mundo. Es decir, personas con las necesidades cubiertas que tienen tiempo y medios económicos para permitirse esa forma de ocio. A mí eso me parece una buena noticia». Por eso, Nadal no puede, ni quiere, pensar en la posibilidad, adelantada por algunas voces, de que el turismo del coronavirus emprenda el camino del cangrejo para retroceder hasta los setenta, «en que solo viajaban los ricos y cuatro gatos». Para acabar con la saturación de visitantes y preservar las costuras sociales y culturales de algunos destinos, aboga por «desestacionalizar» las vacaciones. «El mundo está turísticamente masificado puntual y temporalmente. Un martes lluvioso de invierno en Venecia o Praga apenas hay nadie».
En momentos de incertidumbre como los que tocan, pocos se atreven a predecir el futuro de los viajes y de la única industria del mundo que no ha parado de crecer en la última década. La máxima autoridad del turismo mundial lo hace con trazo grueso, pero apuntando las nuevas coordenadas: «El turismo sostenible, que va a cobrar un papel cada vez más protagonista dentro del sector, a lo largo y ancho de su cadena de valor, y la innovación, que va de la mano de la transformación digital. Ambos van a desempeñar un papel clave a la hora de reimpulsar el turismo y construir confianza. Esta va a ser la moneda de cambio en la llamada 'nueva normalidad'», enfatiza el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili.
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«El turismo sostenible y la innovación, que va de la mano de la transformación digital, serán claves para construir confianza y reimpulsar el sector»
zurab pololikashvili
En Exceltur, el lobby nacional de agencias de viaje más poderoso, miran el nuevo escenario a través de unas gafas similares. «En los últimos ocho años, España y sus destinos han crecido de forma impropia y desorbitada, fruto de que la competencia internacional de sol y playa, Turquía, Egipto o Túnez, arrastraban graves problemas geopolíticos. Eso nos deparó un aluvión de visitantes muy por encima de nuestra demanda natural. Este fenómeno, junto con el 'boom' de las viviendas de uso turístico, hizo que España pasara de recibir 45 millones de turistas a casi 84, lo que ha propiciado tensiones en ámbitos locales en contra del turismo, la pérdida de valores como la autenticidad o la identidad, aglomeraciones...», expone el vicepresidente ejecutivo, José Luis Zoreda.
Al análisis le sucede un propósito de enmienda derivado del varapalo de la pandemia que exige una «responsabilidad social y medio ambiental mayor». «Tenemos que modularnos, huir de batir récords de llegadas y enfocarnos hacia un turismo más sostenible, sensible al medio ambiente, que deje mejor sabor de boca y derramas más repartidas. Entramos en un nuevo escenario, en el que debemos recuperar valores intrínsecos que estaban en el menú de las expectativas de los visitantes de los 60 y 70, como la autenticidad y la alegría de vivir», receta el economista.
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Precisamente en esa línea de sostenibilidad lleva algunos años trabajando Segittur, la sociedad estatal española dedicada a la gestión de la innovación y las tecnologías turísticas. Le ha dado forma a través de un proyecto pionero conocido como Destinos Turísticos Inteligentes, al que se han adscrito ya 84 ciudades españolas. «La sobrecarga de visitantes en muchas ciudades se produce porque carecen de una política pública de turismo. Para garantizar que no provoquen desajustes en la población ni vampiricen sectores económicos locales, como ocurre, por ejemplo, en Ámsterdam, donde no hay quien compre una barra de pan en el centro porque todo son tiendas de souvenirs, es preciso que las ciudades se pregunten qué quieren ser y cómo quieren ofrecerse al mundo. Y eso es una decisión que corresponde tomar a cada ayuntamiento. Eso es justamente lo que promueve nuestro modelo», explica el presidente del organismo adscrito a la Secretaría de Estado de Turismo, Enrique Martínez Marín.
El máximo responsable de Segittur aspira a aplicar esa misma filosofía en el ámbito comunitario. «El turismo tiene que entrar con peso en la agenda de los gobiernos. Ahora más que nunca, urge una ordenación. Hacen falta una política común, unas normativas de seguridad comunes y una dirección general de turismo en Europa con recursos propios», reivindica.
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Escaleras abajo también hay otras cosas importantes que hacer. «¿Hemos aprendido la lección de lo que nos ha ocurrido? ¿Volveremos a lo de antes olvidando lo que hemos vivido?», se pregunta el mundo académico a través del director del MBA de Turismo de la Universidad de Nebrija Francisco Navarro. «Psicológicamente, nuestra sociedad tiene la necesidad de escapar de la rutina, conocer, mostrar su estatus o demostrar su pertenencia a un grupo. Y el Covid-19 no va a acabar con esa cultura. Lo crucial es que aprendamos a viajar sabiendo que el virus sigue ahí». De momento, lo haremos sin apenas escalas, anticipa el profesor. «En mucho tiempo, no vamos a querer subirnos a un avión para ir a Camboya por temor a la atención sanitaria deficitaria que podamos encontrar allí. Por ahora, nos conformaremos con hacer turismo rural».
No caigan en la trampa fácil de infravalorarlo. «El ánimo viajero no se mide por las distancias, sino por la actitud que mantienes ante la cosas. Cuando viaja, la gente va persiguiendo emociones. No hace falta abrirse paso a machetazos por una jungla o matar un cocodrilo con las manos. La aventura es desviarse un poco de la ruta trazada, asomarte a lo que no conoces y encontrarte con otros. Y eso lo vamos a tener». Palabra del maestro Javier Reverte.
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«Las videoconferencias van a cortar las alas al turismo empresarial y de congresos»
Todas las modalidades de turismo no van a sufrir igual el impacto del coronavirus. La mayoría de los expertos consultados coincide en que los viajes de ocio acabarán recuperando la cota de mercado y, también, en que otros segmentos podrían haber iniciado su ocaso. «La eficacia que han demostrado las videoconferencias como herramienta de comunicación y trabajo van a hacer muy difícil justificar un Bilbao-Frankfurt de 48 horas por cuestión de costes, comodidad e impacto ecológico -valora Manuel Molina, director de Hosteltur, la publicación de referencia en el sector turístico español-. El de congresos, que se basa en un gran volumen de asistencia e interrelación entre los participantes, va a ser otro de los grandes damnificados».
ALTERNATIVAS
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Verano nómada | La fiebre del 'caravaning' La pandemia lo ha puesto en bandeja. En 2019 se matricularon 8.903 autocaravanes y 'campers', y se alquilaron las 5.500 unidades disponibles. Este verano prometen ser los reyes de la carretera.
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'Gamping' | Dormir en un árbol o como un indio La fusión de los términos camping y 'glamour' ha alumbrado 'glamping', una sugerente oferta de alojamiento en la naturaleza que incluye casa en los árboles, coquetas cabañas, tipis o yurtas con todas las comodidades.
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Turismo colaborativo | Intercambiode casas Las modalidades del alquiler vacacional y el intercambio de casas se perfilan como otras dos fórmulas vacacionales interesantes. Algunas plataformas, como HomeExchange.com o Love Home Swap, destacan sus tres virtudes, hoy en alza: flexibilidad, privacidad y ahorro.
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