Los vascos y navarros son los que antes se jubilan y con pensiones más altas

En realidad la reforma de Escrivá solo ha dado una vuelta de tuerca a la que impulsó Zapatero en 2011, que alargó la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, también con la pretensión de contener el gasto. Debido al calendario establecido por esta última, ahora es necesario tener 66 años y cuatro meses para recibir el 100% de la prestación, si bien se puede acceder a los 65 años siempre que el tiempo de alta en la Seguridad Social sume 37 años y nueve meses.

Lo que hace la reforma del Gobierno de Pedro Sánchez, cuya primera parte entró en vigor el 1 de enero de 2022, es revisar los coeficientes reductores que se aplican para desincentivar la jubilación anticipada, especialmente para aquellos que abandonen el mercado dos años antes de la edad establecida, el máximo permitido en el retiro voluntario.

Así, los nuevos coeficientes penalizan más de lo que ya lo hacían las jubilaciones entre 24 y 23 meses antes de tiempo. El recorte puede llegar a suponer una pensión de un 21% más baja si se deja de trabajar dos años de la edad legal, mientras que antes de la norma esta reducción oscilaba entre un 13% y 16%.

El nuevo esquema ha sido clave para retrasar unos meses la edad de jubilación y consolidar la tendencia que ya se venía registrando. En Euskadi la mejora en lo últimos cinco años es similar a la nacional y se ha postergado el retiro desde los 63,9 años hasta los 64,5, lo que representa más de siete meses.

También ha bajado de manera considerable el porcentaje de trabajadores que abandonan el mercado laboral antes de los 65 años. En el acumulado hasta agosto suponían el 45% mientras que en 2019 eran más de la mitad, un 53%. En el conjunto de España han pasado del 39% al 33%, es decir, solo un tercio abandona antes de cumplir los 65.

El hecho de que en Euskadi sean más las personas que adelantan su retiro y además lo hagan antes se explica sencilla y llanamente por que se lo pueden permitir. Debido al elevado peso de la industria en la economía, el País Vasco tiene los salarios más altos de España y casi 100.000 trabajadores (un 10%) cotizan por la base máxima; asimismo, las carreras son más largas y estables. Lo mismo pasa en Navarra y en Asturias, en este último caso por la minería. En consecuencia, las prestaciones, aunque se les apliquen coeficientes reductores, son muy superiores a la media nacional. En el País Vasco los nuevos jubilados cobran casi 1.780 euros, en Asturias 1.660 y en Navarra, 1.632. Nada que ver con los escasos 1.080 de Ourense.

De hecho, llama la atención que aquellos que se jubilan en Euskadi con menos de 65 años lo hacen con una media de 1.947 euros y quienes se van con más de esa edad se llevan solo 1.642.

Hay otro factor importante. Hasta la reforma, quienes tenían una base reguladora por encima de la pensión máxima contaban con un margen extra porque el coeficiente reductor se aplicaba sobre la base, no sobre la prestación, con lo que se podía adelantar el retiro con una pequeña penalización (el 0,5% trimestral). La nueva norma establece que a partir de del 1 de enero de 2024 el coeficiente se aplicará directamente sobre la prestación en las jubilaciones voluntarias, lo que supone un gran cambio. Pero da un periodo de transición de diez años, hasta 2034, en el que el trabajador se podrá acoger al sistema antiguo si le sale más beneficioso.