Los consejos de Kontsumobide para ahorrar en la factura de la luz

Los altos precios de la electricidad, gas y petróleo hacen más necesario que nunca alcanzar la mayor eficiencia posible en el consumo de energía. Una actitud que beneficia no sólo al bolsillo del consumidor, sino también a la sostenibilidad del medio ambiente. Partiendo de una premisa clara, que la energía más barata es la que no se gasta, el Instituto Vasco de Consumo, Kontsumobide, ofrece una serie de consejos básicos de ahorro energético.

Una serie de pequeños gestos pueden reducir la factura asociada a la calefacción, ya sea eléctrica o de gas. El más obvio es que se trata de no pasar frío, «no de asarse de calor». No tenemos que ir por casa en pantalón corto y camiseta. «Hay otras formas de estar cómodo y que desperdician menos energía. No importa que no tengas problemas económicos, piensa también en otras personas», aconseja Kontsumobide.

Una temperatura adecuada para estar en casa oscila entre 20 y 21 grados, y de noche es conveniente apagar la calefacción. El instituto de consumo recuerda que cada grado de más supone «un 7% más de gasto», con lo que representa tanto para el bolsillo como en términos de huella ecológica.

Es aconsejable ventilar la casa por las mañanas pero nunca con la calefacción encendida. Por último, aislar la vivienda «supone una inversión inicial que revierte en un ahorro posterior».

Una casa luminosa siempre aporta cierta alegría. Sobre todo si es natural, por lo que resulta recomendable subir las persianas. En cuanto a las bombillas y otros puntos de luz, se aconseja sustituirlas por lámparas LED o de consumo reducido. Y, en caso de que tengamos una lámpara con muchas bombillas, «igual no es necesario que las tengamos todas puestas».

La lavadora, el lavavajillas o el horno son grandes focos de consumo. Pero también pueden ser aliados en el propósito de lograr una mayor eficiencia energética, especificada mediante las correspondientes etiquetas que acompañan a cada electrodoméstico. Por eso, a la hora de comprar uno, se recomienda que lleve la etiqueta A, la más eficiente.

En cuanto al lavavajillas, la lavadora y la secadora, es aconsejable que funcionen a carga completa para ahorrar agua y energía. La eficiencia energética será mayor si además se realiza un mantenimiento adecuado de los aparatos.

Calentar el agua para ducharse, fregar o cocinar conlleva un nada despreciable gasto energético. Ente la ducha o el baño, la opción más económica es siempre la primera. La segunda implica multiplicar por 4 el gasto de energía y agua respecto a la ducha.

A la hora de lavar los platos, y si se dispone de lavavajillas, es mejor uno a carga completa, que consume menos agua que el lavado manual. Otro consejo, guiado por el sentido común, es cerrar el grifo y no dejarlo abierto innecesariamente. Por ejemplo, cuando nos lavamos los dientes.

La movilidad está experimentando una gran transformación. Los coches y motocicletas de combustión están dando paso a vehículos alternativos, como los vehículos eléctricos. Si uno se plantea comprar uno -o de otro combustible no derivado del petróleo- hay que tener en cuenta que su uso genera menos emisiones, «pero no así su construcción». En cualquier caso, «todos ellos consumen energía».

Por eso la primera opción es, siempre que se pueda, la de caminar. «Es saludable, genera bienestar y ahorra energía». Otra posibilidad, preferible a la del vehículo particular, es la de utilizar transporte público. La bicicleta y el patinete se reivindican día a día como medios de transporte sostenibles y saludables, así que «úsalos».

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