Las restricciones de movilidad reducen hasta un 40% los repostajes en las gasolineras vascas
La caída del tráfico los fines de semana lastra la actividad de un sector que se muestra «expectante» ante la movilidad del futuro
El tráfico ha sido tradicionalmente un claro indicador de la situación económica: cuantos más vehículos en la carretera, mayor es la bonanza. Las estaciones de ... servicio vascas han sido las primeras en pulsar ese termómetro en 2020. «En los peores meses de la pandemia, entre marzo y mayo, las ventas cayeron entre un 80% y un 90%», señalan el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Bizkaia (Estaserbi), Mikel Iribarren, y la vicepresidenta Nuria Lekue, que además también es portavoz de la Confederación de Estaciones de Servicio de España (CEEES).
Tras el parón sufrido durante el confinamiento, en el que solo paraban a repostar servicios esenciales como taxistas, grúas y coches policiales, «en los meses de verano la actividad volvió a cifras de 2019». En octubre, con las nuevas restricciones de movilidad, la demanda volvió a bajar y el sector mira con preocupación e incertidumbre al futuro. Nuria Lekue estima que las ventas han caído «entre un 30 y un 40%» para todo el sector.
La situación es similar en las estaciones de servicio vascas y españolas, aunque varía un poco en función de la ubicación de las gasolineras -si están situadas en un entorno urbano, en uno rural o en una autopista-. «Las restricciones de movilidad han reducido sobre todo los trayectos de los fines de semana, en los que la gente se va a segundas residencias», apunta Lekue.
A pesar de que su sector es uno de los más golpeados por la caída del tráfico, Iribarren y Lekue entienden que las medidas de restricción de la movilidad son necesarias para frenar la propagación del Covid-19. «No es la situación idónea para nosotros, pero seguimos siendo garantes de la movilidad», señala Lekue.
Mikel Iribarren, acostumbrado al trajín de La Avanzada -autovía de alta capacidad que atraviesa la localidad vizcaína de Leioa- aún se sorprende cuando los sábados a la mañana está prácticamente desierta. Entre semana por su estación de servicio pasan los clientes habituales. «No ha habido un incremento del uso del coche para evitar el transporte público y posibles contagios, aunque a principios de curso hubo padres que prefirieron llevar a sus hijos a la escuela en coche para evitar que fueran en el autobús», recuerda.
Eléctricos e híbridos
La pandemia y la crisis económica también se ha notado en la venta de coches que cayó un 24% el año pasado en Euskadi, hasta quedar en 30.261 unidades, retrocediendo al nivel de 2014. «Que se vendan menos vehículos no quiere decir que haya menos coches en la carretera, sino que los que hay son más viejos», destaca Iribarren.
En 2020 por primera vez los vehículos híbridos enchufables y los eléctricos superaron en ventas a los diésel, pero su presencia en las vías vascas sigue siendo anecdótica según los responsables de las estaciones de servicio. «Unos 2.000 vehículos repostan combustible cada día en nuestra gasolinera y, hoy en día, los puntos de recarga siguen siendo deficitarios. No dan ni para cubrir el coste de la electricidad que contratas», señala el presidente de Estaserbi.
Esto se debe, en gran medida, al alto precio de los coches eléctricos que «superan los 20.000 euros». Además aún existe mucho desconocimiento sobre la autonomía y la carga de este tipo de vehículos. «Es la pescadilla que se muerde la cola: no hay puntos de recarga porque no hay demanda y no se compran porque no hay puntos de recarga».
Al igual que los consumidores, el gremio está «expectante» ante las posibles energías alternativas que impulsarán los vehículos del futuro: el GLP -gas líquido, mezcla de propano y butano-, el hidrógeno... Las estaciones de servicio que desde 1961 administra la familia de Mikel Iribarren están preparadas para suministrar todo tipo de energías «y podríamos poner puntos de recarga mañana mismo, aunque por ahora permanecemos a la espera, como muchos consumidores». En ese sentido, destaca que le preocupa más la peatonalización de las ciudades. «Como decía mi padre 'lo importante es que la gente se siga moviendo, después ya veremos qué les vendemos'».
El dato
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303 estaciones de servicio hay en el País Vasco -67 en Álava, 117 en Bizkaia y 119 en Gipuzkoa- que están promovidas principalmente por las propias compañías petroleras, por empresas familiares o por hipermercados.
«Solo la renovación del parque móvil reduciría un 70% las emisiones»
La electrificación no es la única vía para reducir la contaminación derivada del transporte. De hecho, la vicepresidenta de Estaserbi y portavoz de la CEEES, Nuria Lekue, defiende que «solo con la renovación del parque móvil por vehículos nuevos de diésel y gasolina las emisiones se reducirían en un 70%». En Euskadi, la antigüedad media de los vehículos supera los doce años y «no podemos obviar que el modelo de coche más vendido de 2020 fue el Dacia Sandero, lo que da una idea de cómo está el bolsillo de la ciudadanía». Por tanto, y con el objetivo de llegar a 'cero emisiones' aboga porque se vayan retirando los coches antiguos y también que se avance en la investigación de energías alternativas. «No debemos focalizarnos en una sola fuente de energía», destaca. En su estación de servicio, en Sestao, Nuria Lekue instalará pronto un poste de carga eléctrica. «La evolución tecnológica y los clientes serán los que marquen la movilidad del futuro».
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