«Ya hay proyectos de inversión que han vuelto al cajón por la incertidumbre arancelaria»
Reclama agilidad para responder a otros países que cambian sus normas «a golpe de tuit» y un blindaje ante el acero 'low cost' chino
Asier San Millán, presidente del clúster Siderex, participa esta mañana en el parque tecnológico de Miñano (Vitoria) en un encuentro con el Gobierno vasco para ... analizar la situación del sector siderúrgico. Se trata de la primera mesa en la que el Ejecutivo aborda con las industrias más afectadas la respuesta a unos aranceles que ya han supuesto «una contracción en la demanda de las acerías».
- El consejero de Industria aseguró el jueves pasado que los aranceles suponen una pérdida de competitividad «casi absoluta» para la siderurgia en EE UU.
- Nos pone las cosas muy complicadas. Automáticamente no somos atractivos para los clientes americanos y afecta directamente en nuestra demanda. Pero también afianzan un efecto rebote: si terceros países como China no pueden acceder a EE UU, acabarán inundando otros mercados.
- ¿Se podría decir que Trump le ha cerrado la puerta a la siderurgia vasca a EE UU?
- Desde que estoy en este sector no conozco un año de estabilidad, es una constante sucesión de altibajos. Espero que cuando su economía se vea afectada, se replantee este tipo de medidas. El mercado norteamericano depende de sus proveedores europeos. EE UU solo es capaz de producir el 60% de su demanda. El resto lo tiene que importar. Y en ese 40% entran unos aceros específicos que si los importan, va a repercutir al consumidor final.
- ¿Qué le transmiten las empresas?
- Pues que la situación es preocupante. Los aranceles están cambiando el flujo comercial. Y la preocupación es cómo podemos protegernos. Cuando hay sobrecapacidad en un mercado, pues ya sabes lo que hay: guerra de precios.
- ¿Cómo están minimizando el impacto?
- Hay de todo. Algunas adelantaron los envíos, mientras a otras les aplicaron los aranceles en tránsito. También hay casos que han paralizado sus pedidos hasta que la situación se aclare.
- A la amenaza de EE UU y China se le suma la ralentización de Francia y Alemania.
- Sí, ya la estamos notando. Esta incertidumbre constante impide que podamos hacer planificaciones a largo plazo. Muchos proyectos de inversión a nivel europeo y mundial que estaban encima de la mesa han vuelto al cajón.
- ¿Es el momento de buscar nuevos mercados?
- Estamos encontrando posibilidades en México, que es la puerta de entrada a EE UU, y Oriente Medio, donde están construyendo infraestructuras que necesitan aceros. Sin embargo, China también se ha lanzado a explorar estos mercados. Es normal, si no pueden acceder a Estados Unidos, pues acabarán allí.
- ¿Confía en que la demanda mundial crezca lo suficiente para absorber toda la producción?
- Es muy complicado. China tiene que seguir manteniendo toda su maquinaria productiva. Aquí, al menos, tenemos la suerte de que la tipología de acero que producimos es muy especial, de nicho concreto.
- ¿Qué supone el golpe en términos de empleo? Empresas como Tubos Reunidos ya han recurrido a ERTE...
- Si la situación se alarga, evidentemente afectará de manera directa a nuestra actividad. Sin embargo, por el momento no hemos identificado una pérdida de empleo en el sector, que da trabajo de forma directa a 20.000 personas y a entre 50.000 y 60.000 de manera indirecta.
- Esta mañana se reúne con el Gobierno vasco para analizar la situación del sector. ¿Qué pedirá?
- Siempre hemos trasladado que hay que dar ayudas directas para mitigar el impacto. Poniendo el foco en Bruselas, debería ajustarse el sistema de salvaguardas para evitar el desvío de productos a Europa.
- ¿Le preocupa la burocracia de Bruselas?
- Debemos ser mucho más ágiles. Estamos viendo que en otros mercados, de un día para otro, incluso de un 'tuit' a otro, ya se toman decisiones. En Europa no somos tan rápidos y deberíamos protegernos ante los que no están cumpliendo las mismas reglas del juego.
Agenda verde
- Ustedes tienen que cumplir una agenda verde que China no. ¿Se ha ido muy lejos?
- La sostenibilidad está en las estrategias de las empresas desde hace tiempo. Se han invertido muchos recursos en unos estándares medioambientales que no están cumpliendo terceros países. Yo creo que deberíamos ir todos acompasados.
- ¿Cómo se consigue ir acompasados si no es posible obligar a China a cumplir los mismos estándares?
- Se le tendría que obligar de alguna manera. Deberíamos ser más estrictos a la hora de proteger nuestra hoja de ruta de descarbonización.
- ¿Pero es realista pensar que vamos a tener una siderurgia vasca descarbonizada en la próxima década?
- No sé si en una década, pero que va a estar descarbonizada es seguro. Nuestros clientes nos lo están solicitando, aunque es cierto que hablamos de inversiones millonarias que se tienen que hacer de manera paulatina.
- Han protestado en más de una ocasión por el alto coste de la producción.
- Para la producción de la siderurgia en Euskadi, que parte del horno eléctrico, básicamente se necesitan dos materias primas. Por un lado, la chatarra, que se va a convertir en un bien estratégico. Esta la puedes comprar en cualquier parte, pero la energía la tienes que comprar aquí. Y nuestros competidores europeos tienen una factura más barata.
- ¿Y cómo podría abaratarse?
- Los costes en otros países son muy parecidos, pero disponen de mecanismos como subvenciones fiscales o peajes a excesos. Podríamos ahondar en ellos.
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