El debate sobre el salario universal divide a los expertos
Si los robots destruyen empleo y cada vez resulta más difícil reubicar a quienes pierden su trabajo, ¿deberían pagar impuestos para sufragar una renta mínima ... universal? Algunos expertos consideran que sí y avanzan que puede ser una solución de futuro. Agustín Zubillaga, director del Laboratorio de Economía Digital de Orkestra, sostiene que no. «Las lavadoras destruyen empleo y no pagan impuestos. Además, un robot no tiene por qué ser físico, puede ser un algoritmo», analiza. En su opinión, el ser humano busca contribuir a la sociedad y superarse, no estar de brazos cruzados. «Un sistema como el de la Renta de Garantía de Ingresos o del Ingreso Mínimo Vital es sostenible solo si esas prestaciones las percibe poca gente», añade.
Los expertos coinciden en señalar que no se debe percibir a los robots como una amenaza. «Debemos verlos como complementarios, como una herramienta para mejorar nuestra productividad», asegura José María Luzarraga, de la Mondragon Unibertsitatea. «Los sistemas de inteligencia artificial, por ejemplo, no sustituirán a los médicos, pero sí los harán mucho más eficaces. Permitirán incrementar la precisión de los diagnósticos y darán más tiempo para la interacción con los pacientes y la investigación», avanza Wu Shuang, científico jefe de la china Yitu. Hasta entonces, Fran Osuna, de Comisiones Obreras, apuesta por 'cobots' como los exoesqueletos «que mejoran la salud y la calidad de vida de los trabajadores con gran exigencia física».
«Lo que nadie duda es que habrá que aprender a trabajar con robots y sistemas de inteligencia artificial. Y no hablamos solo de informáticos. Por ejemplo, los sociólogos tendrán que aprender a utilizar simulaciones computacionales o a trabajar con inteligencia artificial para sacar conclusiones en estudios», vaticina Ramón Mantaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC. No obstante, reconoce que la inteligencia artificial puede exacerbar el aumento de una desigualdad incipiente. «Como sucede con cualquier otra tecnología avanzada que esté en manos de unos pocos, la automatización y la inteligencia artificial se pueden utilizar para ahondar en estas desigualdades, como sucede en Estados Unidos, o para todo lo contrario, como pasa en Suecia. Más importante que la inteligencia artificial es el sistema político», sentencia.
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