«La Naval de Sestao tiene futuro»

- ¿Asistimos a los últimos coletazos del astillero?

- En absoluto. Más bien al contrario, creo que estamos en el mejor momento desde que la empresa entró en el procedimiento concursal, porque ahora empiezan a encajar algunas piezas que son claves para garantizar la continuidad.

- ¿Confía en esa continuidad?

- La Naval de Sestao tiene futuro. Y no es un deseo. Hay hechos que lo demuestran.

- Vayamos a ello, dígame alguno.

- Estamos muy cerca de cerrar un acuerdo con la banca que permitirá retomar la construcción de la draga 'Vox Alexia'. El armador, Van Oord, el Gobierno vasco, Pymar y las propias entidades financieras coinciden en el interés de que ese barco, que está actualmente en la grada, pueda acabarse en La Naval. Nos hemos dado de plazo hasta finales de este mes para cerrar formalmente ese acuerdo que ha costado meses fraguar.

- Supongamos que eso se consigue. ¿Qué supone en términos de empleo y actividad?

- Nos permitiría volver a la construcción del buque, estimo que a lo largo del mes de junio. Supondría también empleo para unas 400 personas de la plantilla del astillero y también de proveedores externos. Trabajo para 20 meses y, lo más importante, ganar tiempo para construir la solución definitiva. Esa que debe garantizar la pervivencia de la empresa de cara al futuro más allá de este barco. Pero incluso para reforzar la actividad durante ese periodo estamos ya metidos en algunos proyectos que podemos definir como complementarios.

- ¿De qué se trata?

- Tenemos ya un principio de acuerdo con una empresa de construcciones metálicas, para construir las piezas de un puente que se instalará en Suecia. También estamos en conversaciones para fabricar piezas de aerogeneradores marinos y por último hay un proyecto de una empresa que aspira a desguazar 10 buques de la armada francesa. No son actividades que puedan considerarse vitales en la estrategia de La Naval, pero que sí suponen un complemento.

- Hablaba de retomar la construcción en junio, pero el ERE de suspensión que está en vigor para toda la plantilla vence a finales de abril.

- Sí. Estamos ya en estos momentos negociando con los sindicatos un nuevo periodo. Sería extender esa situación durante otros dos meses, justo el tiempo que necesitamos para formalizar los acuerdos con la banca, materializar los nuevos créditos y hacer los trabajos preparatorios.

- Comprenderá que exista cierto escepticismo. Se intentó evitar el concurso y no pudo ser. Como en la película de Berlanga, iba a venir un inversor multimillonario, que ni está ni se le espera. Los armadores han decidido finalizar la construcción de dos buques en otro sitio y Baleària ha cancelado su contrato...

- Correcto. Pero el astillero aún no ha muerto y algunas de esas cosas, la salida de los barcos por ejemplo, han permitido ingresar cantidades importantes de dinero que son las que permiten que siga vivo. En el caso de Baleària, es verdad que se ha cancelado la construcción de un ferry, pero también lo es que hemos firmado un documento en el que se comprometen a encargarnos otro y dos barcos más si salimos a flote.

- En estas circunstancias, las posibilidades de construir ese futuro dependen de la aparición de algún empresario dispuesto a invertir y continuar con el astillero. ¿Se les ha acercado alguno?

- Varios. Mire, incluso uno, que es una gran empresa internacional con astilleros en varias partes del mundo, ha mostrado un interés especial. Hicieron una primera visita y luego una segunda, en esta ocasión con cinco de sus técnicos. La Naval es el astillero privado más grande de España, en una ubicación geográfica envidiable, con una experiencia contrastable y con unos activos que no tienen cargas. Es un astillero apetecible. Por eso hemos contratado a un equipo de expertos en estas cuestiones, que van a hacer una búsqueda internacional de inversores que puedan estar interesados. Debemos buscar la mejor opción. Por cierto, que en todos esos proyectos que le he mencionado como complementarios, como el desguace de buques, hemos advertido a los interesados que la última palabra la tendrá el futuro nuevo dueño del astillero. No queremos que esas actividades puedan suponer un freno a la entrada de cualquier empresa.

- ¿Cabe la opción de que el nuevo inversor se quede con la empresa actual o habrá que hacer borrón y cuenta nueva?

- Lo más lógico es que se produzca una transferencia de los activos y no la venta de las acciones. Lógicamente todo debe contar la aprobación final del juez y sería bueno que haya un acuerdo con los sindicatos y que el nuevo inversor tenga también el respaldo del Gobierno vasco.

- ¿Se atreve a hacer una estimación del empleo fijo que se puede salvar?

- Es pronto para saberlo, pero yo creo que una parte importante de la plantilla actual podrá seguir teniendo empleo. Como es conocido, hay 155 trabajadores de La Naval que tienen un compromiso de rescate por parte de la Sepi, de ahí que esta operación puede hacerse sin daño para el empleo.