Haizea creará 350 puestos de trabajo en el Puerto de Bilbao

Haizea, fundada en 2017 y que se instaló en el Puerto de Bilbao en mayo de 2018 tras una inversión de 82 millones de euros –65 puso la empresa y el puerto otros 17,6 para el pabellón que alberga la fábrica–, se encargará de la compra de materiales, la ingeniería del proceso de fabricación y de la producción de los propios monopilotes. Las torres se cargarán en la dársena vizcaína en los buques contratados por Orsted.

Haizea estima que su inversión originará también un importante número de empleos indirectos entre los proveedores y subcontratistas locales y, además, requerirá zonas de almacenamiento adicionales para acomodar los monopilotes antes de ser entregados a los buques de Orsted.

Una gran capacidad de almacenamiento lógico dadas las enormes dimensiones de cada uno de los monopilotes, una tecnología que ofrece la mejor relación entre las prestaciones y el coste: tienen 130 metros de longitud, un diámetro exterior de 15 metros, 170 milímetros de espesor de pared y pesan 3.500 toneladas.

La compañía vasca considera que el contrato consolida su objetivo de convertirse en «uno de los actores más importantes de la cadena de valor de la eólico offshore», llamada a desempeñar un relevante papel dentro del proceso mundial de descarbonización ya que las velocidades que alcanza el viento en alta mar permiten instalar aerogeneradores de gran potencia, con capacidad para producir entre cuatro y cinco veces más electricidad cada hora que los convencionales que se ubican en tiera. Al tiempo que el nuevo proyecto le «asegura una posición relevante dentro de las empresas de suministro y fabricación de cimentaciones».

Para Haizea Wind, que durante su trayectoria ha pasado por etapas complicadas, su acuerdo con un líder en el mercado de la explotación eólica marina «confirma la solidez« de su proyecto y refuerza la posición del Puerto de Bilbao «como uno de los centros eólicos marinos más importantes del Sur de Europa».

La firma, con instalaciones de fabricación en España, Francia y Argentina, desde las que suministra torres de aeronegeradores, cimentaciones offshore y grandes piezas de fundición a la industria eólica, cuenta con una plantilla superior a 1.100 personas.

El proyecto original de Haizea Wind fue diseñado por el empresario alavés ya fallecido Juan José Iribecampos (Condesa), que había impulsado la creación de Tecnoaranda, una firma ubicada en la localidad de Aranda de Duero dedicada a la fabricación de torres para generadores eólicos terestres. Los primeros empleados pasaron por un proceso de preparación en el centro de Formación Profesional de Somorrostro, en el municipio vizcaíno de Musiz, lo que unía aún más el proyecto con una actividad que encaja en la tradición industrial vasca dar forma al acero y soldarlo. Además, fue un proyecto totalmente nuevo, que partía de cero.

Este tipo de empresas acostumbran a colocarse a pie de mar, con el fin de eliminar en la medida de lo posible el transporte hasta los buques que se enragnan de transportarlas al dentro en el que se produce el ensamblaje final. El caso de Bilbao ofrecía en su momento un valor añadido, al encontrarse en el a´rea de influencia para abastecer los pedidos de parques eólicos marinos en la costa francesa y en Reino Unido.