Empresas que dejan buena huella

Lo de Competitividad Sostenible, el nombre de los premios entregados este jueves por la BBK y EL CORREO, se habría visto hace no tanto tiempo como una contradicción en los términos y un sinsentido: se daba por hecho que las empresas estaban para lo primero, para maximizar sus beneficios e imponerse a la competencia sin más consideraciones, y la sostenibilidad quedaba para instituciones públicas, oenegés y gentes de buena voluntad. Por fortuna, ese punto de vista va quedando ya como un disparate propio de otra época y la «falsa oposición» entre ambos conceptos -como la definió en la ceremonia de ayer Ignacio Galán, presidente de Iberdrola- está cada vez más superada. Estos galardones, que han celebrado su primera edición, aspiran precisamente a reconocer a aquellas firmas y entidades que han abierto camino de manera decidida, con una gestión responsable y respetuosa en lo medioambiental y lo social.

«Es un binomio inseparable, porque el progreso y lo económico serán sostenibles o directamente no van a existir», resumió en su intervención el presidente de BBK, Xabier Sagredo, que recalcó la importancia de «dar visibilidad y respaldo» a las personas e instituciones que «se remangan día a día» para legar a nuestros descendientes un futuro mejor. «El líder del siglo XXI sabe que su estrategia debe estar sustentada a largo plazo -afirmó-. Nuestras decisiones tienen un claro impacto en el mundo que construimos, con cada gesto y cada accción». Sagredo hizo hincapié en que Europa, superada en la batalla de la digitalización por Estados Unidos y China, tiene mucho que decir en este otro terreno crítico y puede «liderar la transición hacia un modelo económicamente sostenible», un desafío que requiere «un modelo de colaboración pública y privada ejemplar».

La gala de ayer -que tuvo lugar en La Terminal, una antigua factoría de estampaciones y calderería de Zorrozaurre- brindó una panorámica muy interesante de los diversos itinerarios que puede tomar este impulso transformador. El premio a la Economía Sostenible fue a parar a Roseo Eólica Urbana, una empresa nacida en el grado en Ingeniería de Energías Renovables de la UPV que plantea la instalación de aerogeneradores en lo alto de los edificios de viviendas. Otros dos reconocimientos (el Social y el de Medio Ambiente) se los llevó Oreka Circular Economy, que permite a las empresas donar sus alimentos sobrantes y dar así aprovechamiento a treinta toneladas de comida anuales. El de Impacto Social correspondió a Oncomatryx, que desarrolla fármacos personalizados y productos de diagnóstico para el tratamiento del cáncer. El premio al Empleo de Calidad se entregó al Grupo Urbegi, que lleva dos décadas generando oportunidades de trabajo para personas en situación de vulnerabilidad.

El trofeo a la Igualdad de Oportunidades fue para Peñascal F5, la escuela digital «inclusiva, gratuita y solidaria» que ayuda a personas con dificultades para acceder al mercado laboral, desarrollada por Peñascal Kooperatiba y Factoría F5. Y, finalmente, en el epígrafe de Transparencia y Buen Gobierno se impuso Arteche, que celebra en 2022 su 75 aniversario y se adelantó a su tiempo en la creación de un código ético y una estrategia de compromiso social: «Sin buen gobierno, el desarrollo sostenible no se sostiene», sentenció en su discurso de agradecimiento Lander Arteche.

Hubo, además, dos reconocimientos especiales para el Ayuntamiento de Bilbao, como ejemplo institucional de transparencia y buen gobierno, y para Iberdrola, por su trayectoria en la competitividad sostenible. A ellos, y a todas las empresas que tienen en cuenta valores como el respeto medioambiental, la igualdad de oportunidades y la integración social, Xabier Sagredo les dio las gracias «por apostar, inspirar y trabajar mirando al futuro».

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