Más de 740.000 vascos pagarán 120 millones por no ajustar la subida de precios al IRPF
Aunque la reforma ha elevado a 20.000 euros el mínimo para pagar el impuesto, los tramos superiores han quedado sin deflactar
La reforma fiscal ha introducido una medida muy relevante, especialmente con las rentas más bajas, eximiendo del pago del IRPF a los contribuyentes con ingresos ... por debajo de los 20.000 euros. Pero en la adaptación a la nueva normativa de las tablas de retención, que entraron en vigor el pasado julio, para los 742.300 contribuyentes en Euskadi con ingresos superiores a esos 20.000 euros no ha habido cambio alguno.
Si bien es cierto que, con la reforma, se han ampliado muchas deducciones y mejorado el tratamiento de los rescates de las EPSV, los tramos del IRPF no se han ajustado a la evolución de los precios. Con la excepción de los contribuyentes que perciben menos de esos 20.000 euros, siguen igual, con lo que acumularán un impacto de 122 millones en el pago del impuesto por el efecto del IPC en los ciudadanos con rentas superiores a esa cifra. Esa es la cantidad que las diputaciones ingresarán por no haber acometido la deflactación en el IRPF, evitando así lo que se conoce como 'subida silenciosa de impuestos' o 'progresividad en frío'. Son dos modos de denominar al aumento de la presión fiscal que no viene de un incremento de los tipos impositivos, sino de dejar que la subida de los precios y el aumento del coste de la vida hagan su trabajo también con la factura fiscal.
Suele ocurrir que cuando el IPC escala, especialmente con el IVA, favorece que los ingresos de Hacienda engorden. Pero también se nota en el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas. Adecuar las tablas de retenciones, sus tramos y las deducciones del IRPF al incremento del IPC, lo que técnicamente se llama 'deflactar', es el mecanismo para esquivar este impacto. Porque si con 20 euros no se pueden adquirir los mismos productos que hace un año, no parece lógico que haya que pagar por ellos los mismos impuestos.
El caso es que las diputaciones han roto la dinámica que habían mantenido en los últimos tres ejercicios y en este 2025 no han deflactado las tablas del IRPF adecuándolas al IPC, que el pasado año dejó una tasa interanual media -la que se emplea para la revisión de los salarios- del 2,8%.
Según fuentes forales, por cada punto en que se deflacta el IRPF, las haciendas dejan de ingresar entre 50 y 60 millones. Así que, descontando el efecto de las rentas inferiores a 20.000 euros, aplicando una deflactación del 2,8% -el dato de la inflación del ejercicio pasado- el alivio fiscal ascendería a esos 122 millones.
Las diputaciones han realizado habitualmente esta operación, especialmente desde 2022, cuando el IPC, azuzado por la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania, escaló hasta el 10% interanual. Aquel año la deflactación acumulada para contrarrestar los precios fue del 7,5% y colocó a Euskadi a la cabeza de España en medidas de alivio fiscal frente a la inflación. En 2023, las diputaciones acordaron deflactar el IRPF un 2% y el año pasado un 2,5%.
242 millones para vivienda, personas vulnerables y EPSV
La reforma fiscal acordada entre las diputaciones y aprobada por las Juntas Generales de los tres territorios establece cambios que tratan de suavizar los impuestos para colectivos específicos, como los que no superan los 20.000 euros de ingresos -exentos del IRPF- los jóvenes, los que cuidan a mayores o las familias monoparentales. Estos cuentan con mayores deducciones en gastos como los relacionados con la vivienda. Además, la normativa trata de incentivar las aportaciones a EPSV que se rescaten como complemento a la pensión. Unas medidas que supondrán un ahorro a los vascos de 242 millones.
Esta herramienta generó un intenso debate político porque el Gobierno de España y el PSOE no se han mostrado partidarios de aplicarla. De hecho, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha descartado de plano siempre cualquier deflactación para la Agencia Tributaria. La formación dirigida por Pedro Sánchez ha criticado esta vía porque considera que no tiene carácter redistributivo y premia más a las rentas altas, que a las bajas.
Por ello, el PSE, socio de gobierno foral del PNV en las tres diputaciones, exigió para respaldar la deflactación el impulso de una subvención fiscal de 200 euros para aquellos contribuyentes con ingresos de hasta 30.000 euros, que iba descendiendo hasta los que declaraban 35.000 euros.
Más impacto a las rentas altas
No ajustar al IPC el IRPF en este 2025 supondrá un sobrecoste anual en los contribuyentes con más de 20.000 euros de renta que va entre los 88 y los 570 euros de media en función de los ingresos. Así, las personas que declaren entre 20.000 y 30.000 euros lo notarán con esos 88 euros de media al año. Los que tengan una base imponible de entre 30.000 y 42.000, asumirán 140 euros. En la horquilla entre 42.000 y 54.000, 240 euros; entre 54.000 y 66.000, 350. Y entre 66.000 y 90.000, 430 euros, por 570 en las declaraciones a partir de 90.000 euros.
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