Unai Laso paga la falta de ritmo en su regreso, pero termina el duelo de Elizondo sin dolores

Era su primer test desde que cayera lesionado el pasado día 7 en la final del Cuatro y Medio navarro en el frontón Labrit, y saldó la prueba con éxito. Unai Laso regresó ayer en Elizondo con una derrota pero terminó el encuentro sin dolores. El resultado era lo de menos. El delantero de Bizkarreta-Gerendiain y Albisu cayeron 20-22 frente a Jaka y Mariezkurrena II en un duelo que superó la hora de juego y en el que se cruzaron 530 pelotazos, pero constató que la pequeña rotura que tenía en el cuádriceps de su pierna izquierda ha cicatrizado bien.

Las dos semanas y media de reposo y el tratamiento de fisioterapia al que se ha sometido han surtido efecto. El miedo a la recaída ha pasado a un segundo plano. Comenzó el choque con algunas precauciones, sobre todo en los desplazamientos laterales, pero poco a poco se soltó y pudo comprobar que todo iba por el buen camino. Después de estar tanto tiempo parado acusó la falta de ritmo en un partido de semejante envergadura, pero sabe que es cuestión de rodaje para volver a recuperarlo.

También necesita engrasar más la maquinaria y ajustar el punto de mira en el remate. Consiguió ocho tantos, tres de saque, pero falló siete pelotas, algunas de ellas por precipitación. Nada que preocupe al navarro a estas alturas del verano.

Es uno de los pelotaris más solicitados en los diferentes municipios y va a contar con encuentros de sobra para recuperar sensaciones. Baiko no quiso asumir riesgos a la hora de que volviera a vestirse de blanco. Le dio el tiempo que necesitaba y acertó. Laso jugó ayer su primer partido tras la lesión y ofreció un nivel aceptable. La primera toma de contacto fue esperanzadora. Era lo único que buscaba en su regreso.

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