Jokin Altuna: «A mis 24 años me queda mucho por crecer como deportista y como persona»

Ha conseguido darle la vuelta a la derrota que sufrió en el Manomanista, y en apenas un mes vuelve a estar en una final contra Jaka. Jokin Altuna no está pensando en el rival sino en mejorar para volver a disfrutar.

- Jugará su quinta final consecutiva del Cuatro y Medio.

- Es un dato importante porque es muy difícil de conseguir. En cualquier partido puedes tener una lesión o te puede ganar cualquiera y sé que esa racha puede terminar. Pero lo que he hecho bien hasta ahora y lo que no he hecho tan bien no me vale para nada ahora. Estoy centrado en el partido del domingo.

- Será la segunda en un mes.

- En el confinamiento le dije a un amigo que pensaba que 2020 podía ser un año importante. A ver si es así y le puedo poner la guinda. Cuando pierdes te fastidia mucho, por lo que tengo muchas ganas de intentar hacer bien las cosas y acertar a la hora de jugarle a Jaka.

- ¿El trayecto para llegar al choque cumbre del acotado ha sido más llevadero que el del mano a mano?

- Tuve dificultades en los dos partidos. Se está viendo que hay una igualdad muy grande y que hay campeonatos les pillan mejor a algunos pelotaris. No tuve mucho tiempo para prepararlo ni física ni psicológicamente, pero cuando estás un poco en racha se llega más fácil a las finales. Estoy mentalizado que tengo por delante un duelo duro.

- El final de año está siendo demasiado intenso.

- Éramos conscientes de que lo iba a ser, pero antes de vivirlo no sabes lo que va a ocurrir. A diferencia del Manomanista, la semana pasada jugué el sábado, el domingo descansé y el lunes estaba mucho mejor. No es fácil poner en práctica la planificación para un partido en estos momentos porque cuando lo acabas siempre tienes alguna molestia que otra.

- ¿Se mide al pelotari más peligroso en este momento?

- Igual sí. Todo lo que toca lo hace tanto. Se vio el domingo. El preparador de Ezkurdia decía en la televisión que tenía que endurecer los tantos, lo hizo, pero Jaka le metió un gancho desde el cuadro tres. Eso no es por culpa del navarro sino porque el de Lizartza está en un momento terrible. Le viene una idea, la ejecuta y le sale bien. Cuando un pelotari encadena buenos resultados, se le ve suelto y con confianza.

- Usted ha vivido situaciones similares.

- Sin duda. Lo difícil es alargarlo en el tiempo. Estar ahí arriba. El nivel actual es muy grande, y ahora que se juega todo seguido es más complicado.

- ¿El hecho de que su derrota en la final del Manomanista esté tan próxima cree que le perjudica?

- Soy una persona que vivo mucho lo que hago y estoy mentalizándome que es normal que viva esas emociones. Fue un palo gordo, pero que le tengo que dar la vuelta enseguida. Ese día perdí porque tenía que perder, por lo que me tengo que quedar con las conclusiones positivas y tirar para adelante.

- Ha perdido otras finales pero no se le había visto tan roto.

- Porque ese día no jugué nada. Estaba roto por la decepción de no acertar. Cuando lo doy todo en la cancha y pierdo es distinto. Pero no me sentí cómodo en ningún momento y eso te merma mucho.

- ¿Ha sentido más presión en esta acotado?

- No. He estado tranquilo. Cuando contra Elezkano II perdía 8-1 y estaba al resto me pregunté: '¿Y si pierdo que pasa?'. Me respondí. 'Pues que te vas a la calle y tendrás que preparar el Parejas'. Y desde ese momento me enchufé y empecé a hacer tantos. Si eres favorito en los partidos es difícil jugar con esa etiqueta, pero es más la presión que te pones tú.

- Ganó.

- Entrenas, te cuidas y juegas para ganar. Es cierto que el objetivo es ganar, pero te tienes que sentir a gusto y orgulloso de todo el trabajo que haces. No estar pesando que vas a ser feliz si ganas ese partido.

- La felicidad no está sólo en ganar.

- Eso es.

- ¿Tiene que relativizar la pasión con la que vive los partidos?

- Cuando sucede algo no puedes controlar las emociones. Los dos días después de perder la final estuve mal, pero con el paso de los días te das cuenta que no puedes pasar esos momentos. A mis 24 años me queda mucho por crecer como deportista y como persona.

- ¿A estas alturas del año se acusa más el cansancio mental?

- Estoy con ganas y entrenando me siento bien. Es cierto que ha sido un año muy raro en el que hemos vivido muchas cosas, y llevamos dos meses jugando partidos a vida o muerte.

- ¿Le gustan ese tipo de encuentros?

- Te tienes que acostumbrar. Si vives muchos partidos así es buena señal, pero te juegas mucho en ellos.

- Otra final con Jaka pero cambia la distancia. ¿También la forma de jugar?

- Sí. A la hora de sacar y de restar es muy diferente. Y aunque hoy en día en el mano a mano hay tantos en los que también se baja la pelota, el juego es distinto. Es todo velocidad y algunos errores son por eso. Cuando un pelotari se hace con el centro de la cancha es muy difícil que pierda el partido.

- ¿Hay ganas de revancha?

- Quiero ganar porque es otra final no porque sea Jaka. Si juegas muchas finales seguro que repites rival, y lo más importante es quedar satisfecho con el trabajo que haces.

- Aspe se lo está llevando todo.

- Y parece que los próximos años también pueden ser buenos. Hay rachas, pero una tan larga no es por casualidad. Cuando hay problemas si pones un parche parece que se arregla en el momento, pero no desde la raiz. Hay que mirar más allá. Para la pelota no vendría mal que en los próximos campeonatos hubiera un poco más de igualdad.