La heroína de un club
A sus 13 años, Garazi Lamborena ha ganado el campeonato de España absoluto de ajedrez en el tramo 1.700 y llena de orgullo al Santurtzi Xake Taldea
Poco antes de las tres de la tarde, recién abierta la persiana del local, una lonja municipal de unos cien metros cuadrados en el número ... 2 de la calle Juan Gurrutxaga, comienzan a llegar los niños a la sede del club de ajedrez de Santurzi. Uno tras otro van dejando sus mochilas aquí y allá antes de sacar los tableros y los relojes y ocupar las mesas en las que jugarán sus partidas. Se oye alguna pequeña discusión sobre si van a jugar en blitz (una muy rápida a tres minutos) o una a diez. Lo cierto es que es imposible no celebrar el ambiente que se crea en este club que ya reúne a 75 socios con licencia y dispone de 20 monitores que dan clases a más de 600 alumnos de todas las edades en el propio local y en 18 colegios repartidos entre Santurtzi, Bilbao, Trapaga, Muskiz, Gallarta, Sopelana y Barakaldo.
La presencia del periodista agita un poco a los niños.
– «Viene a hablar con Garazi», se escucha a uno de ellos, un chaval despierto y solícito que se acerca al visitante con una información valiosa.
«Mira, esta es Garazi», le dice, señalando con el dedo una fotografía de portada de este periódico que hay colgada en la pared, justo a la entrada del club. Es del 17 de abril de 2023. En la imagen se ve a una treintena de ajedrecistas del club partidas en mesas corridas. En primer plano, a la izquierda, aparece una niña con coleta. Se ha llevado la mano izquierda a la boca en gesto de concentración y tiene la mirada fija en el tablero.
Es la santurtziarra Garazi Lamborena Valderrama, por entonces una niña de once años y hoy, a los trece, la campeona de España absoluta por tramos 1.700. Y la primera campeona nacional de ajedrez que ha habido en Euskadi. Consiguió el título la primera semana de septiembre en el Spa Villa Pasiega de Hoznayo (Cantabria) en una competición que reunió a cien participantes, hombres y mujeres, de todas las edades, y todos ellos con un ELO inferior a 1.700.
– «Nos ha dado una alegría muy grande porque ella lleva en el club toda la vida. Es un orgullo para nosotros. Tiene mucho mérito lo que ha hecho», asegura Luis Rodríguez, alma mater del Santurtzi Xake Taldea, que ya ha preparado una txaperla conmemorativa para Garazi. «Se la daremos este sábado (por hoy) coincidiendo con el open que organizamos».
Desde muy pequeña
La campeona llega acompañada de su madre, Graciela Valderrama. Garazi es muy tímida y hablar con un periodista se le antoja un suplicio mucho peor que quedarse sin tiempo en una partida importante. Incluso los halagos que le dedican sus amigos del club y los monitores al verla llegar le ponen en una situación incómoda. Viéndola, uno se convence de que es cierto, como dice su madre, que la niña hubiera preferido jugar en un tramo superior, el de 2.000, aunque no quedase campeona, que vencer en el 1.700. Aún así, esta feliz y recuerda con ilusión el título conseguido.
– «Yo era la séptima en el ranking y esperaba quedar entre los cinco primeros, pero jugué bien y llegué a la última partida con opciones de ganar. Pero no dependía de mí. Yo tenía que ganar y que hicieran tablas en el primer tablero. Y las hicieron. Fue muy emocionante porque yo ya había ganado y pude ver la partida, que estuvo muy igualada».
Garazi comenzó a jugar a los cuatro años. Le enseñó su padre, muy aficionado. En el colegio Hijas de Jesús había ajedrez como extraescolar y se apuntó. Luego pasó al club de Santurtzi, donde entre la emoción de los torneos, las amistades que iba haciendo y el talento natural que mostraba terminó de engancharse al juego de los 64 escaques. Oyéndoles hablar a ella y a su madre uno se convence de que Garazi tiene una relación muy sana con el ajedrez, algo que no siempre es posible. Estudia por las noches, juega partidas on line, tiene un profesor en el club y otro particular –el murciano Josito, al que conoció cuando se federó por Murcia porque en Euskadi no se permiten federarse a los menores de doce años–, pero en el colegio es una magnífica alumna y también juega al fútbol, le encanta la escalada y antes iba a clases de karate.
– «No está obsesionada con el ajedrez. Ella sabe cortar muy bien y compaginarlo con otras cosas», explica Graciela Valderrama.
Garazi es consciente de que a su edad, o un poco después, muchas niñas dejan el ajedrez por falta de constancia o porque pierden el interés. Estas son, a su juicio, las razones principales para que en la élite de este deporte haya todavía tanta distancia entre hombres y mujeres, hasta el punto de que no hay ninguna entre los cien primeros del ranking mundial. Esto no ha cambiado con el boom de 'Gambito de dama', una serie que Garazi no pudo ver porque a sus padres no les pareció adecuada para su edad, algo que no ocurrió con 'Buscando a Bobby Fischer o 'La reina de Katwe'. Y es difícil que cambie. Ella no piensa en ello. A sus trece años, no se plantea ser profesional sino seguir progresando y disfrutando. El siguiente objetivo ya lo tiene bien definido: seguir subiendo ELO y tener una buena actuación en el mundial de tramo 2.000 que se celebrará en noviembre en Serbia.
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