Rahm: «Es un sabor agridulce, mucha lucha para estar donde estoy»
El golfista vizcaíno ha terminado el Masters de Augusta entre los diez mejores después de una última jornada brillante en la que rozó la chaqueta verde
El semblante delata que se había ilusionado con su vuelta. «Una vez he llegado a nueve en el 13, doce es lo que tenía ... en mente. Molinari estaba con 13 y poner un resultado igual les hacía ponerse nerviosos. Pero estaba difícil, la gente jugando bien. He estado más cerca de lo que esperaba estar hoy (este domingo), sobre todo como he empezado el día, pero al final, como el año pasado comencé un poco atrás». Y hace un balance «agridulce. He jugado bien, pero he acabado sin tener opciones de ganar. Un Top10 más. Sí, pero en una semana en la que de tee a green no han ido bien las cosas. Mucha lucha para estar donde estoy».
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Nada que reprochar de su -4 de este domingo, «una vuelta que poca gente ha podido hacer. El día está duro, nada fácil». Y repasa su hoja de ruta recordando que buscaba la llave en el último par 5. «El momento importante era el 15. Dos putts ahí, el birdie al 16, una opción de hacer birdie al 17 o 18 hubiese sido el plan ideal. Comparado con el resto que están ahí arriba me falta esa vuelta de -6 o -7 para darme una opción. Consistente. Con lo mal que le di a la bola el sábado estoy contento de que haya ido un poco mejor».
Compartió partido dos días con Tiger Woods y esta vez le tocó lidiar con las reacciones del público a las alteraciones en los marcadores. «A lo que es difícil acostumbrarse es a esperar a que cambien los resultados. A veces vas a pegar un golpe, no se dan cuenta, cambian, Tiger ha hecho un birdie y la gente se vuelve loca». Le resultó muy especial compartir la vuelta con Tim Mickelson. «Fue mi entrenador cuatro años, mi manager» y reconoce que no quitó ojo de los marcadores. «Al verme a un golpe sabía que si acababa bien podría tener opciones».
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