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Hay un nuevo Jon Rahm. Relajado, sonriente, liberado. «El año pasado fue duro para mí porque era mi primer major después de unirme al LIV ... y además estaba defendiendo mi título, así que hubo mucho movimiento esa semana: muchas cosas nuevas, un vestuario nuevo, la Cena de Campeones... Fue muy difícil adaptarme», reconoció este martes el vizcaíno en la rueda de prensa previa al Masters, que arranca el jueves. Será su novena participación en la meca del golf.
2024 fue un año convulso para Rahm en todos los ámbitos. En lo deportivo tuvo que afrontar un nuevo escenario como el LIV –circuito en el que se proclamó campeón– y, sobre todo, gestionar la presión en las contadas apariciones que tuvo por los torneos del golf tradicional. En lo personal lidió con un embarazo muy duro de su mujer, Kelley Cahill. Por fortuna, Alaia, su tercera hija tras Kepa (2021) y Eneko (2022), nació en perfectas condiciones en septiembre.
«Mi estado mental, creo que en gran parte, el 99%, se debe a lo bien que me siento en casa. Tenemos mucha suerte de tener tres hijos preciosos y una familia perfectamente sana. No tengo motivos para despertarme por la mañana sin sonreír. Eso es fundamental en una semana como esta, cuando puedo compartir la casa con ellos. Y eso es otro detalle: no habían viajado conmigo desde el PGA Championship del año pasado (mayo) debido a unas complicaciones del embarazo de Kelley por las que tuvo que guardar reposo absoluto. Así que tenerlos conmigo de nuevo esta semana y la anterior me hará sonreír constantemente. Probablemente sea la razón principal por la que me sentiré, obviamente, mucho más feliz esta semana», declaró Rahm.
For the reigning champion, the pressure of competing in the Masters Tournament extends to Champions Dinner menu decisions. #themasters pic.twitter.com/9eotAv25WS
— The Masters (@TheMasters) April 8, 2025
En pocas comparecencias en el último año y medio, desde su fichaje por la liga saudí, el vizcaíno se había sincerado tanto: «Hubo momentos en que surgieron muchas preguntas para las que no tenía respuesta y lo intenté, pero no las encontré». «Siento que rindo mejor y tengo la mentalidad más clara de cerrar la página del año anterior y abrir una nueva», añadió sobre el cambio experimentado.
Rahm no entró a valorar demasiado las mejoras llevadas a cabo en su entrenamiento más allá de ligeros retoques en su drive. Aseguró que se siente «muy bien» y, además, se incluyó entre los mejores a la vez que cargó contra los críticos: «Sin duda me consideraría uno de los diez mejores jugadores del mundo». «La constancia es algo de lo que siempre me he enorgullecido. Creo que el año pasado se juzgó injustamente mi nivel de juego basándose en cómo jugué aquí y en el PGA Championship, en comparación con cómo jugué realmente durante todo el año», manifestó para revindicarse e imponerse la condición de favorito a la chaqueta verde.
Rahm compareció en la majestuosa sala de Prensa del Augusta National después de patear un rato. Tras su intervención probó por primera vez el campo. Completó nueve hoyos, del 10 al 18, junto a los otros tres españoles que disputarán el Masters. A los ganadores José María Olazabal y Sergio García se une este año Josele Ballester en condición de ganador del US Open amateur. «Un increíble logro», celebró el vizcaíno. «Su juego es difícil de describir, pero es extramadamente potente. Con dos padres olímpicos –José Luis Ballester compitió en los Juegos de 1988, 1992 y 1996 en natación y Sonia Barrio ganó el oro en hockey en Barcelona– tiene los genes atléticos necesarios para tener éxito», lanzó.
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