El portero vizcaíno con contrato en el Lugo tras ganar un casting

El certamen, realizado por una tienda especializada en material de fútbol, volvía a celebrarse 10 años después. Entonces el vencedor fue contratado por el Málaga. La selección de aspirantes se realizó en cinco ciudades: Bilbao, Barcelona, Madrid, Valencia y Zaragoza. Los tres mejores porteros de cada lugar disputaron la fase final en Madrid, que duró tres días. «Yo no participé en la de Bilbao por fechas. Tuve hacerla en Barcelona. Había un nivel impresionante. No era ninguna broma», explica el joven jugador. No esperaba alcanzar la ronda definitivar a la final. «Para mí, eso ya era un premio. Cuando me eligieron como ganador, no me lo creía», añade.

El premio se lo entregó Roberto Fernández, antiguo guardameta de Osasuna y Granada entre otros, y actual entrenador de porteros del Lugo. «Cuando era niño le vi en San Mamés en un Athletic-Granada, y ahora estaba junto a él», rememora Marino. A priori, comenzará el curso en el Polvorín de Tercera División, filial del Lugo, pero este verano entrenará con el primer equipo. Se incorporará en una semana. «Todavía no sé del todo qué preparación haré. Estoy a disposición de ellos», explica con una voz llena de ilusión. Los gallegos, que para este próxima campaña tendrán como preparador a Eloy Jiménez, lograron el pasado año el objetivo de la salvación tras acabar en el 18º puesto.

Cuando acabe la pretemporada Unai Marino se enrolará en el filial del Lugo, en Tercera. No es una categoría desconocida para él. Este curso ha militado en el Bermeo, que ha quedado último en el grupo IV. Fue una campaña difícil para este portero. Incluso se llegó a cuestionar su futuro bajo los palos. «Lo que he vivido con 18 años me ayudará y lo valoraré con el tiempo», se sincera. Su equipo solo sumó 19 puntos y encajó 71 goles. Fue la segunda escuadra más goleada de su liga. El guardameta de Ondarroa alternó la titularidad con Unai Intxausti, de 25 años.

Marino procede de la cantera del Eibar. Entró en las categorías inferiores del club armero con 11 años, en 2011. «Viví los dos ascensos y se notaba el crecimiento, sobre todo con la construcción de la ciudad deportiva», señala sobre su paso por el equipo guipuzcoano. Pasó ocho años allí. Todo sacrificio le parecía poco. «No dudamos en ningún momento lo de tener que desplazarnos de Eibar a Ondarroa. Mi madre me dijo que fuese, que sería lo mejor para mí».

Al hablar de sus inicios, recuerda que siempre quiso ser portero, aunque tenía sus condiciones. «Nunca me ponía en los partidillos de la calle. Solo cuando jugaba en el césped. Ahí lo tenía muy claro». Unai ha querido seguir el ejemplo de su primo, Oinatz Aulestia, que juega en El Ejido de Segunda B, y es un clásico de la categoría tras estar enrolado en el Cádiz y el Hércules. «Me dijo que no me quejase por irme a Lugo, que está lejos, y que disfrutase», rememora sobre las conversaciones con Oinatz.

Si le preguntas por su referente, tiene muy claro que Kepa Arrizabalaga es su «modelo a seguir». Ha estado pendiente siempre de su carrera. Al fin y al cabo son del mismo municipio. «Como es de Ondarroa, al final siempre te enterabas de lo que iba haciendo, porque el pueblo estaba pendiente», explica. Es fácil saber cuál es su equipo del alma y dónde sueña con jugar algún día. «Llevo al Athletic en el corazón. Siempre hay que soñar. Si nunca lo intentas, no lo conseguirás», advierte. El primer paso lo dará en Lugo.