Italia bordea otro descalabro histórico
Tiene que superar dos eliminatorias a partido único para estar en el Mundial. «Si no lo logramos me voy del país», declaró Gattuso
Italia vuelve a caminar por el borde del abismo. La derrota del domingo ante Noruega (1-4) en San Siro certificó que la selección tetracampeona del mundo no estará en el Mundial de 2026 salvo que supere una nueva repesca, la tercera consecutiva para los italianos. El país que no faltó a una sola cita entre 1958 y 2018 se ve, de nuevo, cuestionado, expuesto y asediado por sus propios fantasmas.
El proyecto de Gennaro Gattuso tampoco ha logrado desactivar la amenaza que persigue a Italia desde hace casi una década. «Si Italia no se clasifica para el Mundial de 2026, me voy del país. Ya vivo bastante lejos, pero me iría aún más lejos», bromeó (a medias) el técnico hace unas semanas. Hoy, el tono de aquella frase ya no provoca una sonrisa.
La Azzurra llegaba a esta última ventana con la obligación de ganar y con la esperanza de que Noruega, un equipo batallador pero irregular, no repitiera la machada que había logrado en el partido de ida. Pero la realidad fue aún más cruel. Italia empezó bien, generó ocasiones, empujó, pero volvió a naufragar en las mismas aguas que la han hundido tantas veces, entre errores defensivos, falta de contundencia en las áreas y un bloqueo emocional que aparece en los momentos clave.
Fantasmas del pasado
El resultado es la expresión de una tendencia alarmante: en tres fases mundialistas consecutivas, la selección ha sido incapaz de clasificarse de manera directa. Las últimas repescas aún duelen. En 2018, la eliminación ante Suecia dejó al país fuera de un Mundial por primera vez en 60 años. Cuatro años después, lo que parecía imposible se superó con una tragedia deportiva mayor: Macedonia del Norte silenció Palermo con un gol en el descuento que rompió cualquier lógica y dejó a Italia fuera del Mundial de Catar. Esos precedentes, recientes y traumáticos, son la sombra que acompañan ahora a esta selección.
Pero a pesar de su reciente racha de fracasos, la Azzurra consiguió hacerse con la Eurocopa en 2020, en una especie de oasis que significó su único momento dulce de los últimos ocho años.
La repesca, prevista entre el 26 y el 31 de marzo, exigirá dos victorias consecutivas en eliminatorias a partido único. La UEFA aún no ha aclarado si los bombos dependerán del coeficiente o de los puntos de la clasificación, pero en cualquier caso el panorama inquieta: Ucrania, Turquía, Irlanda, República Checa o Albania, entre otros, ya esperan rival. Y a esa lista podrían unirse selecciones de calibre mayor como Alemania, Dinamarca, Polonia, Escocia, Austria o Bélgica, dependiendo de cómo se cierre la ventana de clasificación.