La Vuelta a Burgos se adentrará 50 kilómetros en Álava y subirá Orduña
El emblemático puerto será juez el 7 de agosto de la tercera etapa de la carrera en la que Mikel Landa ambiciona regresar a la competición
La Vuelta a Burgos comenzará a decidirse en las carreteras de Álava. En las subidas de Ozeka, en Las Campas y, sobre todo, en Orduña. El 7 de agosto, el pelotón ciclista internacional volverá a coronar una de las cimas más emblemáticas del País Vasco, juez de la tercera de las cinco etapas de la ronda burgalesa. Desde la pancarta del puerto de montaña hasta la línea de meta habrá 22 kilómetros en un diseño final similar al realizado por la Vuelta a España en la desangelada edición del 2020, sin público en las cunetas.
En aquella ocasión la jornada acabó en Valdegovía con victoria desde la escapada para Michael Woods. La prueba castellana se guarda el derecho de añadir cinco kilómetros más para acabar en el municipio de Valpuesta –ya en Burgos–, junto a la colegiata que guarda los cartularios que recogen las primeras palabras escritas en castellano.
En total serán algo más de 50 kilómetros de incursión en Álava en una jornada que contará con un total de 185. Los ciclistas partirán desde el Monasterio de San Pedro de Cardeña, cercano a la ciudad burgalesa, y se adentrarán en Álava superado el ecuador de la etapa por Añes y la estrecha A-3630. A partir de ahí encadenarán cuestas en el Valle de Ayala. El itinerario marca la dura subida a Ozeka (2,7 kilómetros al casi el 9% y rampas del 17%), descubierta por la Itzulia de 2022, para luego bajar al Conjunto Monumental de Quejana y Respaldiza.
Sin un metro llano, arrancará la ascensión al Alto de las Campas (6,2 kilómetros al 3%, con zonas al 9 % y tramos de descenso) como anticipo de la llegada a Orduña. Las nueve curvas de herradura del ilustre puerto, testigo del paso de tantas leyendas tanto de la Vuelta al País Vasco y de la Vuelta a España, entrará en juego también en la ronda burgalesa. Sus ocho kilómetros de subida al 7,6 % de media, con tramos sostenidos al 9 %, prometen destapar quiénes serán los favoritos a llevarse la victoria final dos días más tarde.
De esta manera, la Vuelta a Burgos volverá a visitar el Territorio por segunda edición consecutiva tras el final, no exento de polémica, en Treviño del año pasado. La carrera acostumbra a servir de campo de pruebas para algunos de los favoritos que tres semanas más tarde afrontarán la salida de La Vuelta. Para este 2025, Mikel Landa, ganador dos veces de la carrera (2017 y 2021) ambiciona usarla como primera toma de contacto tras su grave caída en el pasado Giro de Italia. Las primeras pruebas mostraron que la vértebra fracturada estaba soldando bien, con lo que espera regresar en agosto a la competición y participar en la ronda española. Del 5 al 9 de agosto en Burgos, el ciclista alavés afrontaría cinco etapas exigentes. Tres de ellas pondrán a prueba a los escaladores de una carrera que volverá a resolverse en Las Lagunas de Neila que el de Murgía conquistó en 2011 para inaugurar su palmarés.
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