Vinokourov y Kolobnev, absueltos del amaño en la Lieja-Bastogne-Lieja

Los amaños han pasado por el ciclismo en voz baja. Nunca ha habido una condena por corrupción, por compraventa de una carrera. Y, por ahora, así seguirá. El Tribunal Penal de Lieja ha absuelto a los exciclistas Alexandre Vinokourov (Astana) y Alexandr Kolobnev (Katusha) al no poder demostrar que el kazajo pagara 150.000 euros al ruso por dejarse batir en la Lieja-Bastogne-Lieja de 2010. Sobre los dos deportistas pendía una pena de seis meses de prisión, más 100.000 euros de multa para Vinokourov y 50.000 para Kolobnev. Si hubieran sido condenados, también se habrían confiscado los 150.000 del supuesto pago por el triunfo en la decana de las clásicas. La sentencia absolutoria deja el palmarés como estaba. En 2010, Vinokourov venció por segunda vez en la carrera belga, con unos metros de ventaja sobre su colega Kolobnev.

Nadie sospechó aquel domingo de abril. El escándalo esperó hasta que en diciembre de 2011 la publicación suiza 'L'Illustré' desveló varios correos privados entre los dos ciclistas. Al día siguiente de la clásica, Kolobnev envió a Vinokourov los datos de su cuenta bancaria en una entidad de Lugano (Suiza). «Recuerda que para mí era una gran ocasión. No sé si he acertado haciendo lo que he hecho», escribió el ruso. «Mi mujer no está muy contenta de que yo haya sido segundo para que tú seas primero», añadió. «Espero que todo esto no sea en vano».

Vinokourov le tranquilizó: «Has hecho lo que había que hacer. Una vez más, gracias. Yo me encargo de todo». En julio de 2010, el kazajo ingresó 100.000 euros en la cuenta de Kolobnev y otros 50.000 en diciembre. Los abogados de Vinokourov argumentan que esos pagos forman parte de la cultura soviética. Siempre se echa una mano a un amigo en apuros. Además, según las mismas fuentes, Vinokourov invirtió dinero en un negocio inmobiliario del corredor ruso.

A esta trama se añade otro factor. El actual mánager del Astana denunció que su ordenador portátil había sido pirateado, lo que anularía el valor como prueba de los correos electrónicos publicados. Esa temporada había en el seno del Astana una guerra interna por hacerse con el mando de la escuadra. Por una parte estaba Vinokourov, que ya preparaba su jubilación y aspiraba a ser lo que hoy es, el mánager. Por la otra, Aidar Makhmetov, un famoso luchador kazajo apodado 'El Terror' y bien relacionado con miembros del gobierno asiático. ¿Alguien saboteó el ordenador de Vinokourov? El ciclista ganó aquel duelo, como ha salido ileso de este proceso judicial.

Tras varios aplazamientos y casi una década después, el asunto queda archivado en un tribunal de Lieja, donde todo empezó. Otra historia al viejo arcón de los supuestos amaños. Ahí se guarda el sobre que Pedro Delgado le entregó a otro ruso, Iván Ivanov, un día después de que le salvara sin motivo aparente en la etapa de Navacerreda ante la ofensiva de Fabio Parra en aquella Vueta a España de 1989.

Del Tour de 1997 es otro capítulo turbio, relatado años después por el director el Festina Bruno Roussel. En la etapa con final en Courchevel, Ullrich, Escartín y Virenque llegaron destacados al puerto final. El aragonés quiso y no pudo. Ullrich era el más poderoso. Y Virenque se le arrimó para pedirle precio por la victoria. No hablaban el mismo idioma pero se entendieron bien. El alemán dejó pasar al francés bajo la pancarta. Victoria épica. Luego se supo, en palabras del director de Virenque, que aquella gesta había costado 2,5 millones de pesetas, 15.000 euros, diez veces menos que el regalo de Vinokourov a Kolobnev tras la 'Lieja'.