Vingegaard ensaya las etapas vascas
Tras ganar la Itzulia el sábado, el danés madrugó para ver y coger datos de los recorridos de Bizkaia y Gipuzkoa que abrirán el Tour 2023
Con la palabra 'madrugar' se han compuesto muchos refranes. De todo signo. 'A quien madruga Dios le ayuda' o 'No por mucho madrugar amanece más ... temprano'. A gusto del lector. Jonas Vingegaard, que el sábado por la tarde ganó la Itzulia, se queda con la primera versión. Tras recoger el trofeo, el corredor danés durmió en el hotel Seminario, en Derio. Este domingo, a las ocho de la mañana, ya estaba en marcha. Tenía trabajo. Quería revisar las dos primeras etapas del próximo Tour: Bilbao-Bilbao y Vitoria-San Sebastián. En el equipo Jumbo, la improvisación no tiene plaza.
Vingegaard defenderá en la Grande Boucle su victoria en 2022 ante Tadej Pogacar. Ese duelo que se acerca tendrá sus primeros asaltos en las jornadas vascas del próximo Tour. Quebradas y llenas de cuestas como Pike Bidea y Jaizkibel. El triunfo en la Itzulia no relajó al danés. Es perfeccionista, como su equipo. Nada de festejos. A ensayar el Tour. En compañía de dos técnicos de la escuadra, Frans Maassen y Jon Iriberri, el vencedor de la Vuelta al País Vasco madrugó para tomar nota. Hizo los deberes para repetir matrícula de honor en el gran examen de julio.
Los equipos de primer nivel funcionan hoy como una computadora. Aplican el método 'scouting'. De exploración. Recaban todos los datos posibles para dar información al corredor. Eso hizo este domingo la expedición del Jumbo por algunos tramos de las dos primeras etapas del Tour 2023. Introdujeron en un programa informático por dónde, izquierda o derecha, hay que tomar cada rotonda. Subrayaron los puntos de peligro, como alguna curva del descenso de Morga. Los estrechamientos. Probaron qué lado de la carretera está más expuesto al viento. Vingegaard lo palpaba desde la bicicleta y los técnicos lo anotaban todo. En el Tour serán como el copiloto de un rally.
El corredor danés repasó las subidas y bajadas a Morga, el Vivero y Pike. Vio, por ejemplo, que la curva que enlaza el descenso de Artxanda con Enekuri es complicada. «Y llegamos hasta el repecho final del Parque de Etxebarria, donde estará la primera meta del Tour», señala Iriberri. En el camino, apuntaron todas la rotondas y resaltos que hay en Deusto y el Campo Volantín. «Es el típico recorrido de una etapa vasca. No te puedes relajar en ningún momento. Te pongo un ejemplo:entre Lezama y Sondika, antes de subir a Pike, hay veinticinco pasos elevados en la carretera», subraya Iriberri.
Vingegaard se repartió entre la bicicleta y el coche. Tras alcanzar la meta bilbaína, la expedición se trasladó a Gipuzkoa para ver el final de la segunda etapa de la Grande Boucle, con Jaizkibel como punto clave. El inicio del Tour será trepidante. Las dos primeras jornadas ofrecen un escenario ideal a corredores tan agresivos como Pogacar. Vingegaard ya conoce el terreno. Su labor de recogida de datos se traslada hoy a los Pirineos, donde va a pedalear sobre el trazado de la quinta y la sexta etapas, incluido el Tourmalet. Luego se tomará un descanso activo hasta el Dauphiné, en junio. Y en julio, ya en el Tour, por la emisora interna del Jumbo le cantarán todos los giros y trucos que esconden las carreteras de Euskadi.
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