EE UU endurece sus reglas ante el éxito de la nadadora trans que revienta los cronos
La federación de natación de este país pedirá, entre otras cosas, controles más periódicos y duraderos de los niveles de testosterona para favorecer competiciones «más justas»
La federación estadounidense de natación, USA Swimming, acaba de anunciar que tomará medidas ante la polémica suscitada por la nadadora trans Lia Thomas, deportista que desde el equipo de la Universidad de Pensilvania se ha convertido con sus últimos resultados en una de las mejores del país en su especialidad, las 200 y 500 yardas. Ya había formado parte del conjunto masculino, y desde 2018, tras iniciar su proceso de cambio de sexo, compite con las mujeres.
En el otoño de 2021, después de someterse a la mayor parte del tratamiento, reapareció pulverizando las marcas, lo que ha suscitado numerosas críticas en todo el mundo, al entender que no están compitiendo todas en igualdad de condiciones. Para atajar todo esto su federación pretende ser más severa con las normas que deben de seguir para poder competir los deportistas trans.
En las pruebas de nivel élite, deben acreditar que «su desarrollo físico previo, como hombre, y aunque mitigado por alguna intervención médica, no le otorga ventaja competitiva sobre sus rivales». Además, también piden controles más periódicos y duraderos, teniendo que demostrar que la concentración de testosterona «ha estado por debajo de 5 nanomoles por litro de forma continua durante un periodo de al menos 36 meses antes de la fecha de la solicitud».
Esto podría hacer que Lia Thomas no pueda participar en las próximas competiciones. Este mes de febrero se celebrará la Ivy League, donde se reúnen las universidades más prestigiosas, y en marzo los campeonatos nacionales de la NCAA, dos de las citas en las que más esperanzas tenía puesta la nadadora estadounidense.
Su caso ha levantado mucha controversia y han sido muchas las voces que se han posicionado contrarias a su presencia en competiciones oficiales. La olímpica Erika Brown, presente en los Juegos de Tokio, se ha manifestado en contra de que chicas transexuales compitan contra chicas biológicas. Lo mismo que una jueza de la Federación de Estados Unidos, que resaltó que el cuerpo de Thomas «siempre será masculino».
Su caso tiene además resonancia política en EEUU, donde varios estados conservadores aprobaron recientemente leyes que prohíben a las jóvenes transexuales participar en deportes femeninos en la escuela, como ha denunciado recientemente Luc Esquivel, una golfista de 14 años que acaba de demandar por ello al estado de Tennessee.
Apoyo de sus compañeras
Ante tanta corriente en contra de Lia, sus propias compañeras han salido en defensa de la nadadora, redactando un comunicado en el que muestran su apoyo total a la deportista en su transición. «La valoramos como persona, compañera de equipo y amiga».
En el caso del atletismo, la Federación Internacional (World Athletics) también impone límites de testosterona (desde 2019, menos de 5 nanomoles por litro durante doce meses). Por este motivo, la atleta transgénero CeCe Telfer fue excluida de la selección olímpica de Estados Unidos en junio de 2021.
El pasado mes de agosto, en los Juegos de Tokio, la halterófila neozelandesa Laurel Hubbard se convirtió en la primera deportista transgénero en competir en una cita olímpica. Tres meses después, y tras dos años de consultas a decenas de especialistas, el Comité Olímpico Internacional renunció a fijar unos criterios a los deportistas trans para poder competir, alegando una «falta de consenso científico sobre la manera en que la testosterona afecta al rendimiento deportivo». El COI dejó en manos de cada federación internacional la fijación de un «marco» para establecer sus propias reglas. De momento, la federación estadounidense de natación ha tomado la delantera endureciendo las medidas, para tratar a su juicio de conseguir una competición «más justa».