El Athletic se aferra al sueño de la Champions tras ganar al Tenerife en un entregado San Mamés

Era la cuarta vez, cuarto mes consecutivo, que San Mamés abría sus puertas para el combinado de David Aznar. En esta ocasión el rival fue el Costa Adeje Tenerife y la entidad del mismo, por debajo de los predecesores Barcelona, Real Sociedad y Real Madrid, influyó en la asistencia. Se dieron cita 10.086 almas, la mitad que en el derbi, número aún así suficiente para llevar en volandas a las rojiblancas. Tras una primera parte anodina, la afición disfrutó de una mañana redonda en La Catedral.

Irene Oguiza y Daniela Agote anotaron los goles tras un arranque frenético de la segunda mitad. Ambas dianas llegaron fruto de la pizarra de Aznar, después de botar dos saques de esquina en corto. Nerea Nevado, en el día de su 24º cumpleaños, firmó las dos asistencias. Un centro de la lateral de Santurtzi al corazón del área pequeña lo remató a puerta Oguiza en el minuto 49. Solo seis después el envío con rosca de Agote acabó en el fondo de la red tras el fallo de Noelia Ramos al intentar despejar de puños.

Las dos jugadoras se estrenaron como goleadoras en San Mamés. Oguiza, la capitana, logró su cuarta diana del curso, la decimocuarta con la elástica rojiblanca en los 89 partidos que ha disputado la centrocampista de Durango. Por su parte, la canterana de Castro celebró su segundo tanto con el primer equipo en su decimocuarto partido. La enésima joya de Lezama tiene 18 años y un futuro enorme por delante.

El Athletic mejoró tras el descanso después de una primera mitad carente de ocasiones claras y de juego fluido por parte de ambos equipos. Un remate de cabeza de Azkona, una volea de Valero y un tiro de Agote fueron los acercamientos rojiblancos a la portería de Ramos. Sorprendió no ver en el once a Maddi, titular en las anteriores 26 jornadas. La donostiarra, la jugadora de campo con más minutos, salió tras el descanso en el lugar de Zubieta, con problemas físicos. Con ese movimiento Leire Baños pasó del centro de la zaga a una medular que contó con la ausencia de Sara Ortega, baja por acumulación de tarjetas. El tercer cambio con respecto al once de la pasada jornada fue en la delantera, ya que Nahikari se quedó en el banquillo. Aznar dio entrada a dos extremos como Amezaga y la goleadora Agote.

Al término del primer acto todo eran urgencias para el Athletic. El luminoso de La Catedral reflejaba un 0-0 mientras en Valencia el Atlético vencía por 1-2. El guion de la película cambió al poco de reanudarse el partido. El Athletic salió con el cuchillo entre los dientes y pasó por encima de un Tenerife dirigido por el vizcaíno Eder Maestre y sin demasiados argumentos más allá de un notable orden defensivo. Era el momento de reservar a Azkona, apercibida de sanción, y de ver de nuevo sobre el césped a Pinedo, baja los últimos dos meses tras una lesión en el isquio sufrida en la concentración de la sub'23 española. Solo cuando el conjunto canario se vio con dos goles en contra se estiró en busca de la portería de Nanclares, que fue clave al detener un remate de cabeza de Blom y, ya en el descuento, un intento de Silano. Antes Pisco había mandado su latigazo al palo, pero por fortuna para los intereses rojiblancos el resultado nunca peligró.

Con el pitido final las jugadoras del Athletic festejaron la trascendental victoria y, como la sección masculina, formaron en línea para cantar junto al fondo el 'Txoria txori' de Mikel Laboa. Después se juntaron en su tradicional piña junto con el cuerpo técnico. Allí, en corro, comprobaron que el pinchazo del Atlético se había consumado. El Athletic vuelve a depender de sí mismo para jugar la próxima edición de la Champions. Quedan tres jornadas, la primera de ellas la 'final' ante el Atlético.